Related Articles
-Editorial
Después de casi dos años de quedarse en casa y no poder viajar o salir como antes, la gente ahora tiene ganas de viajar como nunca antes. El internet ha bautizado ese deseo como “Viajes de Venganza”.
El Viaje de Venganza significa ponerse al día con sus experiencias de viaje perdidas restringidas por la pandemia de Covid-19. Este regreso a los viajes está beneficiando la economía en muchos países, ya que las personas están gastando en hoteles, comida, entretenimiento, y ayudarán a crear más empleos y oportunidades para muchas personas.
Estados Unidos ha retirado los requisitos de prueba de COVID-19 para los viajeros internacionales que llegan en avión.
Los viajeros ya no tienen que mostrar un resultado negativo de la prueba de COVID-19 o una prueba de recuperación para ingresar al país, después de que la regla fuera eliminada el 12 de junio.
En mayo, una encuesta de la Asociación de Viajes de EE. UU. mostró que los viajeros internacionales vacunados en Francia, Alemania, el Reino Unido, Corea del Sur, Japón e India encontraron que los requisitos de pruebas previas a la salida eran un impedimento para viajar y hacían significativamente menos probable que las personas eligieran visitar los EE.UU.
Más de la mitad de los viajeros internacionales (54%) dijo que la incertidumbre adicional de tener que cancelar un viaje debido a los requisitos de pruebas previas a la salida de EE. UU. tendría un gran impacto en su probabilidad de visitar EE. UU.
Una gran mayoría de los adultos encuestados (71%) está de acuerdo en que priorizan viajar a destinos sin requisitos de entrada engorrosos, incluido un 29% que está totalmente de acuerdo.
Los hallazgos proporcionaron más evidencia del impacto negativo del requisito de prueba en la recuperación de la industria de viajes.
La Asociación de Viajes estima que se gastarán $1.05 billones (en dólares de 2019, ajustados por inflación) en viajes en los Estados Unidos en 2022, pero esto aún es un 10% por debajo de los niveles de 2019 y un 16% por debajo de donde debería haber estado en 2022 si no fuera por la pandemia.
El pronóstico, basado en el análisis de Tourism Economics, proyecta que el volumen de viajes de negocios nacionales alcanzará el 81% de los niveles previos a la pandemia en 2022 y el 96% en 2023. Sin embargo, el gasto en viajes de negocios nacionales, cuando se ajusta a la inflación, no se recuperará por completo a los niveles previos a la pandemia dentro del rango del pronóstico.
La pandemia de COVID-19 ha afectado a la industria del turismo debido a las restricciones de viaje resultantes, así como a la caída de la demanda entre los viajeros. La Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas estimó que las llegadas de turistas internacionales a nivel mundial disminuyeron entre un 58% y un 78% en 2020, lo que generó una pérdida potencial de entre 0.9 y 1.2 billones de dólares estadounidenses en ingresos por turismo internacional.
La Organización Mundial de la Salud informó que el coronavirus era un riesgo para la salud mundial a fines de enero de 2020. Muchas empresas detuvieron sus operaciones y muchas de ellas no pudieron sobrevivir durante esta crisis. Hubo un gran número de cierres, despidos y solicitudes de ayuda. Como la gente necesitaba sobrevivir sin ingresos, muchas personas solicitaron el desempleo en los Estados Unidos. El turismo es una de las industrias que se vio profundamente afectada, y algunas de las empresas todavía están luchando con el problema de la escasez de mano de obra, ya que los empleados prefieren quedarse en casa.
Los hoteles económicos se vieron muy afectados debido a sus características y son vulnerables, ya que en su mayoría son propiedad de personas que carecen de finanzas, mano de obra, estrategia o un plan para superar la crisis.
