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Por: Ellie Burgueño
“Sabio es el hombre quien no se aflige por las cosas que no tiene, pero se regocija en aquellas que si tiene.” Frase que fue dicha por Epictetus y que está relacionada con el sentir agradecimiento y satisfacción por lo que se tiene sin añorar o codiciar más de eso, al punto de sentirnos tristes y acongojados por ello.
El ser agradecido es sin duda una actitud que raramente se muestra por la gente, especialmente cuando estas se sienten auto-suficientes, superiores, y con algo de poder. Las personas con dichas características comúnmente muestran poca empatía hacia los demás, arrogancia y desinterés en las cosas que a su ver son simples, de poco valor o sentimentales, olvidando que hay cosas que el poder o el dinero no pueden comprar, como lo son las amistades verdaderas, el amor, la salud y el tiempo.
El ser agradecido es una actitud moral que sin duda todos deberíamos tener en todo momento. El agradecimiento es una actitud que permite que la persona que lo demuestra sea más humana, sensible y que a su vez pueda vivir una vida más feliz y con paz.
El sentir agradecimiento quita las ansias de tener lo que no se tiene y es sin duda también un valor con el que muchos crecimos pero pocos practicamos en nuestro diario vivir, tema que en este mes recordamos por las festividades del conocido “Thanksgiving” y que viene a nuestra memoria en estos días con las celebraciones que practicamos en la región fronteriza.
El Día de Acción de Gracias (Thanksgiving) es un día festivo oficial en Estados Unidos y tradicional de la cultura Américana el cual considero nos enseña un valor que siempre deberíamos tener en mente y que es universal: el ser agradecidos.
El Día de Gracias tradicionalmente se celebra el último Jueves del Mes de Noviembre. Es un día que se estableció por los Peregrinos Fundadores (Pilgrims) y Primeros Colonos de EEUU y que conmemora la primera cosecha exitosa en la Nueva Colonia Norte-Americana (New North American Colony).
En el año de 1621 se celebró por primera vez “El Día de Acción de Gracias” en Plymouth, actualmente Massachusetts. Los primeros colonos tenían ciertas tradiciones en Europa, donde solían dar gracias a Dios después de una buena cosecha. Se llevaba a cabo un gran banquete para celebrar después del duro trabajo con el resto de la comunidad, así que en esa primera ocasión en el año de 1621 se celebró el final de su viaje, la paz y la buena cosecha con una oración de acción de gracias y un gran banquete que se repitió a través de los años y que posteriormente en el año de 1863, el presidente estadounidense Abraham Lincoln, hizo fecha festiva nacional estableciendo así el último jueves del mes de noviembre como fecha oficial para celebrar “El Día de Acción de Gracias” (Thanksgiving). Siendo entonces la primera fecha a celebrar oficialmente el día jueves 26 de noviembre de 1863.
De manera tradicional en Estados Unidos, todas las familias, ciudadanos, emigrados, simpatizantes y amigos, a través de los años han continuado esta tradición nacional la cual consiste en celebrar con una fiesta en su hogar donde preparan un gran banquete acompañado por un tradicional pavo y demás platillos ricos al paladar de diversos tipos, postres y otros.
En la noche de Thanksgiving, previo a la cena, se acostumbra ofrecer una oración de acción de gracias al Todopoderoso por las bendiciones recibidas durante el año, como la salud y el alimento diario.
No tengo duda de que “La gratitud desata la plenitud de la vida. Convierte lo que tenemos en suficiente, y aún más. Convierte la negación en aceptación, el caos en orden, la confusión en claridad. Puede convertir una simple comida en un banquete, una casa en un hogar, un extraño en un amigo. La gratitud hace que nuestro pasado tenga sentido, trae la paz al hoy, y crea una visión para el mañana.”
No olvidemos pues ser agradecidos por todo lo que tenemos, pues las situaciones difíciles son experiencias y lecciones que nos permiten aprender y crecer como personas y las buenas… una gran bendición. ¡Feliz Día de Acción de Gracias!
