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Por: Veronica Henderson, Abogada
Una joven de 15 años, cruza la frontera de Mexicali a Calexico, de la misma forma que lo hace todos los días durante la semana para asistir a la escuela. Ella al igual que muchos de sus amigos, como se ha hecho común ver a jovencitos de prepa cruzar caminando la frontera todos los días, y volver a casa al final de la jornada escolar. Un día, ella es observada por un agente de la aduana americana. Este se da cuenta de que ella está cojeando y moviéndose un poco más lento de lo habitual. Así que le pide que salga de la fila y lo acompañe. Basado en su formación y experiencia, sospecha que puede estar llevando drogas. Ella comienza a llorar y admite que está llevando un gran paquete de metanfetaminas. Está pegado a su muslo con cinta adhesiva, y escondido debajo de su vestimenta escolar. Cuando la interrogan aún más sobre esto, confiesa que un hombre le dio $200 dólares para entregar el paquete del otro lado. Parecía tan fácil; todo lo que tenía que hacer era caminar los mismos 200 pies que caminaba todos los días, y obtendría 200 dólares – ¡un dólar por pie! Esto era más dinero de lo que jamás había visto antes. Sin embargo, ahora la policía está en camino para llevarla al centro de detención juvenil. Sus padres serán notificados inmediatamente.
Al día siguiente, ella se presenta ante el juez, quién nombró a un abogado defensor, y explica que está siendo acusada de un delito grave, muy grave – ‘transporte de drogas’. Su abogado acusa de recibido la petición de menores, entra a negaciones de la alegación, y pide que a la menor se le considere el ingreso de fallo diferido (DEJ).
DEJ (Deferred Entry of Judgment) es un programa que permite a los menores de edad quienes nunca han cometido un delito previo o han estado en libertad condicional, ser entregados a sus padres, bajo la supervisión de un oficial de libertad condicional. Si los menores satisfacen todos los requisitos establecidos por la libertad condicional, el caso en contra del menor será desestimado en el momento en que el menor cumpla 18 años, o posiblemente antes. A los adultos no se les ofrece este programa de la exacta misma manera, aunque hay programas de procesamiento retrasado para adultos. Los menores son tratados de manera distinta a los adultos, debido a que el enfoque del sistema de justicia de menores es la rehabilitación del menor, en lugar del castigo.
Esta joven fue capaz de completar con éxito su programa DEJ y su caso fue desestimado unos 12 meses más tarde, pero no sin una severa charla dada por el respetable juez de menores. Le advirtió sobre el peligro al que se enfrentaba al hacer tratos para cruzar drogas, no sólo para sí misma, sino para su familia. Después de todo, las drogas que llevaba no llegaron a su destinatario, y esa persona pudiera estar buscándola. El peligro es tan grande que el fiscal encargado del caso federal le ofreció protección a la familia, la cual fue aceptada.
El caso de esta joven es sólo uno de muchos que cada día son presa de los adultos quienes participan en el tráfico de drogas en la frontera. Ellos son atraídos con promesas de dinero para comprar todas esas cosas buenas que normalmente no pudieran costear. Aunque hay consecuencias y lecciones que deben ser aprendidas, estos niños deben ser informados de los peligros que enfrentan a medida que ingresan en los EE.UU.
