Jake Paul, el influencer convertido en boxeador profesional, se enfrentó al legendario ex campeón indiscutido de peso pesado Mike Tyson en un esperado combate de boxeo profesional. El evento, celebrado en el AT&T Stadium en Arlington, Texas, fue transmitido globalmente por Netflix y atrajo a 65 millones de espectadores simultáneos. Paul se alzó victorioso por decisión unánime, pero el combate generó críticas y controversias antes, durante y después de la pelea.
Los rumores sobre la participación de Netflix en un evento de boxeo con Jake Paul comenzaron a circular en noviembre de 2023. Para marzo de 2024, Netflix y Most Valuable Promotions confirmaron una pelea entre Paul y Tyson, inicialmente programada para el 20 de julio. Tyson, de 58 años, describió inicialmente la pelea como una exhibición, pero Paul buscó que se sancionara como profesional. El 29 de abril, el Departamento de Regulación y Licencias de Texas aprobó la pelea como un combate profesional con reglas ajustadas: ocho asaltos de dos minutos, guantes de 14 onzas y sin casco protector.
“Esta es una de esas situaciones donde pierdes pero aun así ganas”, dijo Tyson. “Estoy agradecido por lo de anoche, sin arrepentimientos por haberme subido al ring una última vez. En junio casi muero. Me hicieron ocho transfusiones de sangre, perdí la mitad de mi sangre y bajé 25 libras en el hospital. Tuve que luchar solo para recuperar mi salud y poder pelear, así que, en ese sentido, ya había ganado. Pero pararme cara a cara durante ocho asaltos con un peleador talentoso que tiene la mitad de mi edad, frente a mis hijos y un estadio lleno de los Dallas Cowboys, es una experiencia que ningún hombre tiene derecho a pedir.”
El evento sufrió retrasos cuando Tyson enfrentó un problema médico en mayo. Jake Paul intentó brevemente encontrar un oponente sustituto, retando al también boxeador e influencer KSI, quien rechazó la oferta por compromisos previos. Finalmente, la pelea fue reprogramada para el 15 de noviembre, preparando el escenario para uno de los eventos de boxeo más inusuales de la historia.
Además de Paul y Tyson, el evento contó con un cartel repleto de enfrentamientos destacados. La esperada revancha entre Katie Taylor y Amanda Serrano por los títulos de peso ligero fue el combate coestelar. El boxeador indio Neeraj Goyat se enfrentó a la estrella brasileña de internet Whindersson Nunes, mientras que Mario Barrios luchó contra Abel Ramos por el título de peso welter del CMB. Sin embargo, algunos combates originalmente programados, como Darren Till contra Julio César Chávez Jr., fueron cancelados debido a cambios en la alineación.
La pelea comenzó con entradas llenas de dramatismo. Jake Paul caminó hacia el ring al ritmo de “In the Air Tonight” de Phil Collins en una camioneta Chevy Dually personalizada, acompañado de su hermano Logan Paul. Tyson, por su parte, ingresó al ritmo de “Murdergram” de Jay-Z. La atmósfera se electrificó cuando Tori Kelly concluyó su interpretación del himno nacional.
El combate se desarrolló en una serie de intercambios tensos. Tyson atacó agresivamente en los primeros asaltos, lanzando potentes golpes que pusieron a Paul a la defensiva. Sin embargo, a medida que avanzaba la pelea, Tyson mostró signos de fatiga, mientras Paul aprovechó el ritmo más lento de su oponente. En los asaltos finales, los jabs y golpes calculados de Paul dominaron, asegurando su victoria en las tarjetas de los jueces.
La previa al combate estuvo marcada por un incidente polémico durante el pesaje. Paul, en un gesto ampliamente condenado como racista, imitó el andar de un gorila al acercarse a Tyson. Este acto desató indignación debido a su contexto histórico de deshumanización de los afroamericanos. Tyson, visiblemente molesto, abofeteó a Paul en represalia, describiendo posteriormente el incidente como una provocación deliberada. “Me pisó los dedos del pie a propósito,” declaró Tyson, refiriéndose a sus problemas de salud. Críticos pidieron rendición de cuentas, acusando a Paul de cruzar límites éticos y culturales.
La diferencia de edad de 31 años entre los peleadores—Tyson con 58 y Paul con 27—desató intensos debates. El ex campeón de UFC Sean Strickland calificó la pelea como “ilegal,” mientras que KSI la describió como “abuso a personas mayores.” No obstante, Tyson desestimó las preocupaciones, afirmando que planea seguir peleando y retando incluso a Logan Paul tras el combate.
Sumándose a la controversia, hubo problemas técnicos significativos con la transmisión en vivo de Netflix. Problemas de buffering y fallas de audio afectaron la emisión, dejando frustrados a miles de espectadores. Según DownDetector, más de 90,000 usuarios reportaron interrupciones antes de que comenzara la pelea. Entrevistas con figuras prominentes, incluido Evander Holyfield, se vieron interrumpidas por fallos en los auriculares. Netflix enfrentó críticas en redes sociales, con usuarios exigiendo reembolsos y mejoras en la fiabilidad de la transmisión.
La pelea generó ganancias asombrosas para los participantes. Se informó que Paul ganó $40 millones, mientras que Tyson se llevó $20 millones. La bolsa de Katie Taylor se estimó en $6.1 millones, mientras que Serrano afirmó haber ganado una cifra más alta, aunque no revelada. Estas cifras subrayaron el éxito comercial del evento a pesar de sus controversias.