WASHINGTON, D.C. — El pasado 3 de julio, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el “One Big Beautiful Bill Act”, un paquete legislativo de gran alcance respaldado firmemente por el expresidente Donald Trump. El proyecto, que ya había sido aprobado por el Senado en una votación ajustada, se dirige ahora al escritorio presidencial, donde se espera que Trump lo promulgue en los próximos días.
Líderes republicanos calificaron el proyecto como un logro fundamental de la plataforma “America First” (América Primero) impulsada por el expresidente. La legislación incluye recortes fiscales permanentes, modificaciones significativas al gasto federal, expansión de la producción de combustibles fósiles, mayor control fronterizo y la reestructuración de varios programas federales clave.
“Hemos logrado implementar la agenda de América Primero del presidente Trump, y lo hicimos en tiempo récord”, expresó el liderazgo republicano de la Cámara en un comunicado conjunto. “Esta ley reduce impuestos, asegura la frontera, restablece la paz a través de la fuerza y hace que el gobierno sea más eficiente para todos los estadounidenses.”
La aprobación representa una victoria política considerable para Trump y sus aliados, a pocos días de celebrarse el aniversario 250 de la independencia estadounidense y en vísperas de la intensa temporada electoral.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, elogió el proyecto como una reforma histórica. “El One Big, Beautiful Bill del presidente Trump cumple con la agenda de sentido común que casi 80 millones de estadounidenses votaron: el mayor recorte de impuestos para la clase media en la historia, seguridad fronteriza permanente, financiación militar masiva y restauración de la cordura fiscal”, afirmó. “Estas políticas de crecimiento van a impulsar un auge económico como nunca antes se ha visto. El presidente Trump espera firmar esta ley para inaugurar oficialmente la Edad Dorada de América.”
Sin embargo, el proyecto ha generado una fuerte reacción entre legisladores demócratas, gobernadores, organizaciones de salud y grupos de defensa de derechos sociales, quienes afirman que la legislación tendrá consecuencias devastadoras para millones de estadounidenses de ingresos bajos y medios, afectando áreas clave como la atención médica, la educación, el medio ambiente y la seguridad alimentaria.
El gobernador de California, Gavin Newsom, fue uno de los críticos más contundentes, calificando la medida como “una tragedia para el pueblo estadounidense y un fracaso moral absoluto”.
“El presidente y sus cómplices del MAGA están quitando atención médica a pacientes con cáncer, alimentos a los niños y recursos a las familias trabajadoras, todo para entregar recortes fiscales a los ultra-ricos”, afirmó Newsom. “Con esta medida, el legado de Donald J. Trump queda grabado para siempre: una América más desigual, más endeudada y más peligrosa. Qué vergüenza.”
Según datos difundidos por la oficina del gobernador, el proyecto incluye recortes estimados de más de 28 mil millones de dólares al programa Medicaid solo en California, la eliminación de créditos fiscales para energía limpia —lo que podría poner en riesgo más de 680,000 empleos— y reducciones significativas en programas de asistencia alimentaria, prevención de incendios forestales, FEMA y el FBI. También elimina subsidios de la Ley de Cuidado de Salud Asequible (Obamacare), recortes a la protección de préstamos estudiantiles, penalizaciones a propietarios de vehículos eléctricos y nuevas restricciones al derecho al aborto.
El sector de la salud mental también expresó gran preocupación. La Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales (NAMI, por sus siglas en inglés) advirtió que los recortes afectarían gravemente el acceso a servicios de salud mental en todo el país.
“A pesar de haber escuchado durante meses las advertencias de los ciudadanos sobre los impactos negativos de esta ley, el Congreso avanzó con recortes que pondrán fin al acceso a servicios que salvan vidas”, dijo el director ejecutivo de NAMI, Daniel H. Gillison, Jr. “Esto es un golpe devastador para la salud mental en Estados Unidos.”
Varios legisladores, especialmente de estados como California, votaron en contra del proyecto por temor a sus efectos en comunidades rurales y vulnerables. El congresista y médico Raul Ruiz (D-CA), representante del distrito 25, se opuso al paquete y advirtió sobre el riesgo que representa para los hospitales rurales.
“Este proyecto amenaza directamente la salud y el bienestar de mis electores y de las comunidades rurales de todo el país”, señaló Ruiz en el pleno. “Podría provocar el cierre de hasta 383 hospitales rurales, incluidos cuatro en mi distrito: El Centro Regional Medical Center, Pioneers Memorial, Colorado River Medical Center y Palo Verde Hospital.”
Ruiz también señaló que la legislación eliminaría la cobertura médica para aproximadamente 17 millones de estadounidenses, reduciría los fondos para programas alimentarios, y aumentaría las facturas de servicios públicos en un promedio de 400 dólares anuales, con incrementos de hasta 678 dólares en algunas zonas de California.
Agregó que, incluso con todos estos recortes, el proyecto podría sumar casi 5 billones de dólares al déficit nacional, debido en gran parte a recortes fiscales dirigidos a los sectores más ricos.
El también congresista californiano Juan Vargas fue aún más tajante al referirse a la medida.
“La Cámara acaba de votar un paquete de reconciliación presupuestaria, un proyecto partidista aprobado por la mayoría republicana sin un solo voto demócrata”, declaró Vargas. “La ‘Gran y Horrible Ley’ de Trump y los republicanos es una de las peores piezas legislativas que he visto, y su impacto será devastador.”
Vargas denunció que la ley representa “una transferencia grotesca de riqueza de las familias trabajadoras a los multimillonarios,” y que destruye la atención médica de millones de niños y adultos, elimina asistencia alimentaria y financia la agenda de deportaciones masivas de Trump.
“A pesar de todos estos recortes, la ley explota el déficit federal”, agregó. “Con esta votación, los republicanos en el Congreso han infligido un nivel de dolor y sufrimiento inimaginable a millones de familias. Es una traición absoluta. Qué vergüenza. Esto no será olvidado.”
El proyecto fue aprobado con una votación casi completamente partidista. No recibió apoyo demócrata y solo unos pocos republicanos votaron en contra. Analistas políticos anticipan que esta legislación será un tema central en las campañas presidenciales y legislativas de los próximos meses, con ambos partidos utilizándola para movilizar a sus bases electorales.
Para sus defensores, la ley representa una corrección de rumbo necesaria para reducir el tamaño del gobierno y fomentar el crecimiento económico. Para sus detractores, es un retroceso alarmante en la protección social y los derechos básicos. Mientras el expresidente Trump se prepara para promulgarla, el país continúa profundamente dividido, no solo por partido, sino por visiones opuestas sobre el futuro del gobierno en Estados Unidos.