El martes 14 de marzo, el Asambleísta Eduardo García (D-Coachella) se unió al Asambleísta Kevin McCarty (D-Sacramento) y a la Coalición Estudiantil HOMES, con representación de estudiantes de todo California, para anunciar el proyecto de ley AB 1630 (E. García), la Ley de Crisis de Vivienda Estudiantil. La legislación tiene como objetivo aumentar el acceso a viviendas estudiantiles económicas mediante la creación de incentivos y la simplificación del proceso de desarrollo de proyectos cerca de instituciones de educación superior.
“El acceso a viviendas estudiantiles al alcance del bolsillo no debería ser una barrera para los estudiantes que buscan su educación. Nos honra asociarnos con jóvenes líderes de todo nuestro estado en esta iniciativa legislativa liderada por estudiantes para aliviar la inseguridad de vivienda estudiantil”, dijo el Asambleísta Eduardo García, quien cree que abordar la escasez de vivienda estudiantil es fundamental para expandir las oportunidades de educación superior para todos.
“Los estudiantes que luchan por satisfacer sus necesidades básicas enfrentan grandes dificultades para alcanzar su verdadero potencial. Al asegurarnos de que los estudiantes de California puedan costear un techo sobre sus cabezas, esperamos prevenir la falta de vivienda y permitir que nuestros estudiantes se centren en sus estudios y en construir sus sueños”.
El AB 1630 cuenta con el apoyo de la Coalición Estudiantil HOMES, la Asociación de Estudiantes de la Universidad de California (UCSA), el Senado Estudiantil de los Colegios Comunitarios de California (SSCCC) y GENup.
La información proporcionada por la coalición estudiantil señala que las universidades de California solo tienen camas para el 35% de sus estudiantes matriculados, las universidades estatales de California (CSUs) tienen camas para el 14% de los estudiantes y solo 12 de los 116 colegios comunitarios de California ofrecen vivienda. Estas limitaciones de vivienda obligan a la mayoría de los estudiantes a vivir fuera del campus. Además, muchas de las universidades más grandes de California se encuentran en mercados de vivienda de alto costo. Como resultado, muchos estudiantes se encuentran en condiciones de vida deficientes, a menudo lejos del campus, o en riesgo de falta de vivienda.