-Editorial
El gobierno de Estados Unidos anunció una expansión significativa de sus esfuerzos para impedir que productos elaborados con trabajo forzoso ingresen al mercado estadounidense, con un enfoque particular en bienes originarios de China. El Grupo de Trabajo de Aplicación contra el Trabajo Forzoso, encabezado por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en coordinación con el Departamento de Trabajo y otras agencias, presentó una estrategia actualizada para 2025 con el fin de reforzar la aplicación de la Ley de Prevención del Trabajo Forzoso Uigur (UFLPA, por sus siglas en inglés).
El nuevo marco de aplicación, señalaron funcionarios, busca ayudar a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) a identificar y detener de manera más efectiva envíos sospechosos de estar vinculados con el trabajo forzoso, especialmente en la Región Autónoma Uigur de Xinjiang, en China. La UFLPA, promulgada en 2021 con apoyo bipartidista, establece la presunción refutable de que los bienes producidos en Xinjiang o por empresas incluidas en la Lista de Entidades de la UFLPA son fabricados con trabajo forzoso y, por lo tanto, están prohibidos en EE.UU.
La actualización de 2025 revisa la Lista de Entidades de la UFLPA para incluir a 144 compañías y organizaciones extranjeras a las que se les prohíbe importar al país debido a presuntos vínculos con prácticas de trabajo forzoso. La Oficina de Asuntos Laborales Internacionales (ILAB) del Departamento de Trabajo desempeña un papel central en el mantenimiento de esta lista mediante investigación, recopilación de pruebas y evaluación de las empresas que cumplen con los criterios para su inclusión.
Con la ampliación de la lista, las autoridades estadounidenses buscan ejercer mayor presión sobre empresas extranjeras y alentar a las compañías nacionales a reforzar la debida diligencia en sus cadenas de suministro. “América Primero significa mantener fuera de nuestras tiendas los bienes extranjeros elaborados con trabajo forzoso y garantizar que las empresas estadounidenses no se vean en desventaja”, declaró la secretaria de Trabajo, Lori Chavez-DeRemer.
La estrategia revisada también identifica cinco sectores adicionales considerados de alto riesgo en materia de trabajo forzoso: sosa cáustica, azufaifos (jujubes), cobre, litio y acero. Estos sectores se suman a una lista existente que ya incluía algodón, electrónicos, jitomates y otros bienes señalados bajo la UFLPA, alcanzando un total de 13 sectores prioritarios.
Funcionarios explicaron que estas nuevas designaciones se basan en evidencia proveniente de informes laborales y de investigaciones sobre cadenas de suministro globales. Actualmente, China es el principal productor mundial tanto de sosa cáustica, un químico ampliamente utilizado en la manufactura, como de azufaifos, un fruto vinculado a la explotación laboral. Ambos productos también figuran en la Lista de Bienes Producidos con Trabajo Infantil o Forzoso del Departamento de Trabajo.
El anuncio coincidió con la publicación de la undécima edición de esta lista, un informe bienal requerido bajo la Ley de Reautorización de Protección a las Víctimas de la Trata (TVPRA). La edición de 2024 representó la mayor expansión en la historia del documento, con la incorporación de 72 bienes y la eliminación de cuatro.
En total, el informe identifica 204 bienes provenientes de 82 países y regiones. China es el país con mayor número de productos asociados al trabajo forzoso: 31 en total, de los cuales 21 están vinculados específicamente con prácticas en Xinjiang. Entre ellos se encuentran aluminio, sosa cáustica, cloruro de polivinilo, calamar y azufaifos.
El reporte es utilizado ampliamente por empresas, gobiernos, organizaciones civiles y consumidores como una referencia para comprender los riesgos laborales globales. Sirve como hoja de ruta para elaborar leyes, fortalecer la debida diligencia corporativa en las cadenas de suministro y fomentar prácticas de abastecimiento responsable.
Las nuevas medidas de aplicación se dan en medio de preocupaciones persistentes sobre el uso de trabajo forzoso en Xinjiang, donde grupos de derechos humanos y autoridades estadounidenses han documentado abusos generalizados contra uigures y otras minorías musulmanas. Pekín ha negado las acusaciones, pero legisladores y agencias de EE.UU. han citado repetidamente pruebas de que trabajadores son obligados a laborar bajo programas respaldados por el Estado.
La nueva estrategia de la UFLPA refleja un impulso internacional creciente hacia la rendición de cuentas corporativa. Además de las medidas estadounidenses, la Unión Europea avanza en su Directiva de Diligencia Debida en Sostenibilidad Corporativa (EU CSDDD), que exigiría a las empresas europeas identificar y abordar riesgos de derechos humanos en sus cadenas de suministro.
Al reforzar la aplicación, funcionarios de EE.UU. señalan que buscan proteger no solo a los trabajadores en el extranjero, sino también garantizar condiciones de competencia justa en el país.
En los últimos años, la ILAB ha incrementado el financiamiento de proyectos destinados a rastrear bienes a lo largo de las cadenas de suministro globales, un paso clave para identificar trabajo forzoso. Desde 2023, la oficina ha apoyado 15 investigaciones que mapean materias primas hasta productos terminados, desde el cobalto en la República Democrática del Congo hasta el algodón en el sur de Asia.
Un estudio rastreó el aluminio fabricado con trabajo forzoso uigur en Xinjiang hasta autopartes exportadas a nivel mundial. Otro analizó el trabajo forzoso en el sector azucarero de República Dominicana, vinculándolo con azúcar procesada y ron importados a EE.UU. Estos hallazgos, dijeron funcionarios, evidencian los desafíos de las cadenas de suministro modernas y la importancia de la transparencia.