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-Editorial
El Departamento de Educación de los Estados Unidos anunció una significativa reducción de personal, afectando a casi la mitad de su fuerza laboral como parte de su misión final. La medida reducirá el total de empleados del departamento de 4,133 a aproximadamente 2,183.
Según el departamento, todos los empleados afectados serán puestos en licencia administrativa a partir del viernes 21 de marzo. La secretaria de Educación, Linda McMahon, declaró que la decisión está alineada con el compromiso del departamento con la eficiencia y la asignación de recursos.
“La reducción de personal de hoy refleja el compromiso del Departamento de Educación con la eficiencia, la responsabilidad y la garantía de que los recursos se dirijan a donde más importan: a los estudiantes, los padres y los maestros”, afirmó McMahon. “Aprecio el trabajo de los servidores públicos dedicados y sus contribuciones al departamento. Este es un paso significativo para restaurar la grandeza del sistema educativo de los Estados Unidos”.
A pesar de la reducción de personal, el departamento afirmó que continuará supervisando los programas estatutarios, incluidos los préstamos estudiantiles, las Becas Pell, la financiación para educación especial y los programas de subvenciones competitivas. La reestructuración afectará a todas las divisiones, y algunas requerirán una reorganización significativa.
En preparación para la reducción de personal, cerca de 600 empleados renunciaron o se jubilaron voluntariamente en las últimas siete semanas. Esto incluye 259 empleados que participaron en el Programa de Renuncia Diferida y 313 empleados que aceptaron el Pago de Incentivo por Separación Voluntaria.
Los empleados restantes afectados recibirán salario completo y beneficios hasta el 9 de junio, de acuerdo con las regulaciones federales y el convenio colectivo del departamento. También serán elegibles para indemnización por despido o beneficios de jubilación en función de su tiempo de servicio.
Esta medida se alinea con la promesa de campaña de Donald Trump de eliminar el Departamento de Educación, el cual fue establecido en 1979 bajo la administración del presidente Jimmy Carter.
En 2021, el Departamento de Educación de EE. UU. contaba con más de 4,000 empleados, lo que lo convertía en el más pequeño de los organismos del Gabinete. Su presupuesto aumentó de $14 mil millones en 1979, cuando se creó, a $268 mil millones en 2024. Para 2025, su presupuesto representaba aproximadamente el cuatro por ciento del gasto total del gobierno federal. El departamento se abrevia oficialmente como “ED” para diferenciarlo del Departamento de Energía, que utiliza “DOE”, aunque a veces se le menciona informalmente como “DoEd”. El 11 de marzo de 2025, siete semanas después del inicio del segundo mandato de Donald Trump, el departamento anunció una reducción de personal que afectó a casi la mitad de sus empleados. La medida está en línea con los esfuerzos más amplios de la administración Trump para reducir el tamaño del gobierno federal.
La secretaria de Educación, Linda McMahon, destacó el compromiso de la administración Trump con la reconfiguración del papel del Departamento de Educación al anunciar la reducción de personal.
“Como todos ustedes saben, el presidente Trump me nominó para liderar una de sus promesas de campaña más importantes para las familias. Mi visión está alineada con la del presidente: devolver la educación a los estados y empoderar a todos los padres para que elijan una educación excelente para sus hijos”, declaró McMahon. “Como madre y abuela, sé que no hay nadie más calificado que un padre para tomar decisiones educativas para sus hijos”.
McMahon subrayó los esfuerzos de la administración para reformar las políticas educativas, incluyendo la lucha contra la teoría crítica de la raza, las iniciativas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) y la ideología de género en las escuelas. También enfatizó la importancia de eliminar la intervención federal y devolver la supervisión a los gobiernos estatales.
“Esta restauración impactará profundamente al personal, los presupuestos y las operaciones de la agencia aquí en el Departamento. En los próximos meses, trabajaremos con el Congreso y otras agencias federales para determinar el mejor camino a seguir para cumplir con las expectativas del presidente y del pueblo estadounidense”, afirmó. “Eliminaremos la burocracia innecesaria para que nuestras universidades, escuelas K-12, estudiantes y maestros puedan innovar y prosperar”.
McMahon señaló preocupaciones de larga data sobre los resultados educativos y el gasto federal, argumentando que el departamento no ha cumplido con su propósito previsto. “Desde su creación en 1980, los contribuyentes han confiado al departamento más de un billón de dólares, pero los resultados estudiantiles han seguido rezagados. Millones de jóvenes estadounidenses están atrapados en escuelas fracasadas, expuestos a una ideología radical antiestadounidense o endeudados con préstamos universitarios para obtener un título que no ha proporcionado un retorno significativo de la inversión”, concluyó.