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-Editorial
En muchas culturas, una persona mayor es considerada una fuente de sabiduría, alguien de quien los más jóvenes pueden aprender. Ésta también fue la narrativa predominante en Estados Unidos, con imágenes del estadista mayor, de los abuelos como narradores de historias, compartiendo la tradición familiar.
Pero en la cultura actual, la discriminación por edad (discriminación contra las personas mayores) prevalece en el entretenimiento, los medios de comunicación, el lugar de trabajo y, lo que es más importante, en la atención de salud.
La población de EE.UU. en 2020 era mayor y tenía menos niños menores de 5 años que en 2010 o 2000, según los datos de las Características Demográficas y de Vivienda (DHC) del Censo de 2020.
La generación del baby boom (nacidos entre 1946 y 1964) y la generación del milenials (nacidos entre 1982 y 2000), las dos cohortes más grandes de Estados Unidos en 2020, continuaron envejeciendo durante las últimas dos décadas. Al mismo tiempo, nacieron cohortes más pequeñas de niños entre 2010 y 2020.
Ethnic Media Services organizó un panel sobre el sesgo de edad, el Plan Maestro sobre el Envejecimiento de California, que tiene una sección dedicada a abordar la discriminación por edad y las siete etapas del Alzheimer. Sorprendentemente, las personas que padecen la enfermedad pueden seguir participando significativamente en la fuerza laboral durante varios años durante las primeras cuatro o incluso cinco etapas.
Louise Aronson, profesora de medicina, fundadora de la práctica de envejecimiento integral y directora, dijo que la COVID explicó lo importante que es la edad, ya que las personas mayores morían en mayor número, aunque el origen étnico también desempeñaba un papel fundamental en las tasas de mortalidad. Entonces la edad no lo es todo, dijo.
La edad y la raza funcionan juntas para privilegiar o perjudicar a las personas, dice Aronson. Al mismo tiempo, la edad a la que la gente considera “vieja” está aumentando, mientras que la esperanza de vida, especialmente para las poblaciones vulnerables, se está reduciendo.
En Estados Unidos, la raza y la geografía tienen un impacto desproporcionado en la esperanza de vida.
“No se trata de biología, sino de elecciones sociales”, dice el Dr. Aronson.
Aronson dice que, en educación médica, las personas reciben varios meses para los niños, algunas semanas para las personas mayores y el resto son adultos, a pesar de que la mayoría de las personas en los hospitales son mayores. Aronson dice que no se está capacitando a las personas para brindar el tipo de atención que necesitan las personas en los hospitales.
Incluso en la salud pública, los adultos mayores son agrupados en una sola categoría que no está basada en la ciencia y en la diversidad que conlleva las distintas etapas del envejecimiento.
La discriminación por edad está tan arraigada en nuestras vidas que incluso las personas que se preocupan por la inclusión y la diversidad dejan de lado la discriminación por edad, dice Aronson, y agrega que en medicina a los profesionales no se les permite usar palabras como senior, aunque se hace poco para combatir los estereotipos subyacentes.