-Editorial
Una nueva iniciativa de ahorro creada bajo la recientemente promulgada “One Big Beautiful Bill” establecerá cuentas de inversión para millones de niños estadounidenses, y los funcionarios federales proyectan que los saldos podrían crecer a cientos de miles de dólares cuando los beneficiarios lleguen a la edad adulta.
El programa crea las llamadas “Cuentas Trump”, diseñadas para brindar a los niños estadounidenses una base financiera desde el nacimiento. Los partidarios aseguran que la medida podría expandir significativamente la riqueza familiar, aumentar la participación en el mercado de valores de EE. UU. y ofrecer a las familias nuevos incentivos para ahorrar para el futuro de sus hijos.
Según la ley, todo niño nacido en Estados Unidos después del 31 de diciembre de 2024 y antes del 1 de enero de 2029 será elegible para una Cuenta Trump, siempre que se establezca formalmente. Cada niño elegible recibirá un depósito inicial de $1,000 del gobierno federal.
Los padres podrán contribuir hasta $5,000 anuales por niño, mientras que los empleadores pueden aportar hasta $2,500 cada año sin afectar el ingreso gravable de los padres. Estas disposiciones permiten que las familias puedan ahorrar de manera significativa para sus hijos, especialmente si las contribuciones se mantienen de manera constante a lo largo del tiempo.
El programa también permite que los niños nacidos antes del 1 de enero de 2025 y que tengan menos de 18 años establezcan cuentas con las mismas características, aunque no recibirán el depósito inicial de $1,000 del gobierno.
Los fondos depositados en las Cuentas Trump deben invertirse en instrumentos bursátiles, como fondos mutuos o fondos cotizados en bolsa (ETFs) que reflejen el desempeño de índices bursátiles estadounidenses importantes, incluido el S&P 500. Los retiros están prohibidos hasta que el beneficiario cumpla 18 años. A partir de ese momento, la cuenta se trata de manera similar a una Cuenta Individual de Retiro (IRA) tradicional y queda sujeta a las mismas normas de retiro y fiscales.
Al exigir inversión en el mercado de valores, el programa vincula el desempeño a largo plazo de las cuentas con la salud general de la economía estadounidense. Los funcionarios federales sostienen que, con el tiempo, la participación en el mercado bursátil ha demostrado ser una vía confiable para la acumulación de riqueza.
Según estimaciones del Consejo de Asesores Económicos (CEA), el crecimiento potencial de las Cuentas Trump es considerable. Para un niño nacido en 2026, se proyecta que una Cuenta Trump podría alcanzar alrededor de $303,800 a los 18 años y más de $1,091,900 a los 28 años si se realizan las contribuciones máximas anuales. Con la mitad de las contribuciones máximas, los saldos se estiman en $154,800 a los 18 años y $555,000 a los 28 años, mientras que las cuentas que solo reciban el depósito inicial de $1,000 podrían crecer hasta $5,800 a los 18 años y $18,100 a los 28 años. Las proyecciones, basadas en los rendimientos históricos promedio del índice S&P 500 desde 1975, permanecen significativas incluso en escenarios más pesimistas, con saldos de $187,000 a los 18 años y $772,000 a los 28 años con contribuciones máximas. En escenarios de altos rendimientos, las cuentas podrían crecer hasta $730,000 a los 18 años y casi $1.9 millones a los 28 años. “Estas cuentas tienen el potencial de cambiar la trayectoria de la riqueza para millones de familias”, señaló el CEA en su análisis.
Los límites de contribución para padres y empleadores se ajustarán anualmente por inflación, lo que significa que los depósitos máximos permitidos aumentarán de manera incremental con el tiempo. Una vez que los titulares de las cuentas cumplan 18 años, las reglas de contribución cambiarán para reflejar las de las IRAs tradicionales, actualmente limitadas a $7,000 anuales, también ajustadas por inflación.
Esta estructura permite que las cuentas crezcan no solo a través de las ganancias de inversión, sino también mediante depósitos crecientes de manera constante a lo largo de varias décadas.
Funcionarios de la administración y partidarios de la legislación han promovido las Cuentas Trump como una herramienta de construcción de riqueza generacional. Argumentan que las cuentas reducirán las disparidades en el ahorro, ayudarán a las familias a prepararse para gastos importantes como educación o adquisición de vivienda, y fomentarán la planificación financiera a largo plazo desde una edad temprana.
Los partidarios también destacan el incentivo para contribuciones de empleadores, que permite depósitos anuales libres de impuestos de hasta $2,500. Señalan que esta disposición podría alentar a las empresas a ofrecer las cuentas como parte de los paquetes de beneficios para empleados, creando una nueva forma de apoyo financiero para las familias.
Las Cuentas Trump guardan similitudes con propuestas previas de “bonos para bebés” o cuentas de ahorro para niños, debatidas durante décadas. Algunas versiones se centraban en depósitos iniciales financiados por el gobierno para crecer con el tiempo, mientras que otras enfatizaban las contribuciones parentales y los incentivos para el ahorro a largo plazo.
Lo que distingue a las Cuentas Trump es la combinación de fondos semilla del gobierno federal, contribuciones de empleadores con ventajas fiscales e inversión obligatoria en fondos bursátiles. Analistas señalan que el diseño refleja tanto un impulso de política hacia el ahorro familiar a largo plazo como una confianza en el papel del mercado de valores como generador de riqueza.
Si se adoptan ampliamente, las cuentas podrían influir no solo en la riqueza familiar, sino también en los patrones de propiedad de acciones y participación en vehículos de ahorro tipo retiro. Los funcionarios proyectan que el programa podría resultar en un aumento sustancial del número de jóvenes que lleguen a la adultez con activos financieros significativos.
Las cuentas también podrían tener implicaciones macroeconómicas más amplias. Una mayor participación en los mercados bursátiles podría generar un incremento en la inversión de capital, mientras que las familias con mayor seguridad financiera podrían tener más flexibilidad para gastar, invertir en educación o iniciar negocios.
Al mismo tiempo, el impacto final del programa dependerá de las tasas de participación, las condiciones del mercado y la capacidad de las familias de distintos niveles de ingreso para contribuir de manera constante a lo largo del tiempo.