-Editorial
La Corte Suprema de Estados Unidos falló 6-3 a favor de que los agentes federales de inmigración puedan realizar detenciones sin sospecha en California, reforzando la autoridad del gobierno federal sobre la aplicación de la ley migratoria.
En Noem v. Perdomo, la Corte Suprema concedió la solicitud de la administración Trump para congelar fallos de tribunales inferiores que prohibían a los agentes de inmigración detener a personas sin una sospecha razonable. Los tribunales inferiores habían impedido que los agentes se basaran únicamente en factores como la aparente raza o etnicidad, el idioma, la ubicación o la ocupación. La decisión del máximo tribunal permite a los agentes federales reanudar las detenciones en Los Ángeles y condados aledaños, generando críticas de grupos de derechos civiles que advierten que podría derivar en perfiles raciales e intimidación generalizada de comunidades inmigrantes.
El gobernador Gavin Newsom criticó duramente el fallo, diciendo en un comunicado:
“La mayoría de la Corte Suprema elegida por Trump se ha convertido en el Gran Mariscal de un desfile de terror racial en Los Ángeles. Esto no se trata de hacer cumplir las leyes de inmigración, sino de atacar a latinos y a cualquiera que no luzca o hable como la idea de estadounidense de Stephen Miller, incluyendo ciudadanos estadounidenses y niños, para dañar deliberadamente a las familias y pequeñas empresas de California. La policía privada de Trump ahora tiene luz verde para ir tras su familia — y cada persona es ahora un objetivo — pero continuaremos luchando contra estos ataques aberrantes contra los californianos.”
La senadora estatal Sabrina Cervantes, D-Riverside, dijo que el fallo otorga a las autoridades migratorias “poder sin control para irrumpir en nuestras comunidades”.
“Esto es perfil racial, no seguridad”, dijo Cervantes. “Esto es crueldad sancionada por el estado y un ataque a las familias, a la dignidad humana y a la esencia misma de la justicia. Las familias no deberían ser atacadas por simplemente existir. No permaneceremos en silencio. Lucharemos.”
La jueza Sonia Sotomayor, disintiendo en Noem v. Perdomo, dijo que el fallo “amenaza las libertades constitucionales de millones de personas. No deberíamos vivir en un país donde el gobierno pueda detener a cualquiera que luzca latino, hable español y aparente trabajar en un empleo de bajos ingresos. En lugar de permanecer de brazos cruzados mientras se pierden nuestras libertades constitucionales, disiento.”
Norma Chávez-Peterson, directora ejecutiva de ACLU-SDIC, calificó el fallo como “un revés devastador en la lucha interminable por las libertades civiles. Al permitir que los agentes de inmigración reanuden detenciones y arrestos discriminatorios sin causa, la corte ha dado luz verde a una campaña de terror que amenaza a familias en el sur de California y establece un precedente peligroso a nivel nacional. Las familias ahora pueden ser atacadas simplemente por el idioma que hablan, el color de su piel o el tipo de trabajo que realizan. Seguimos firmes en la defensa de los derechos constitucionales de todas las personas.”
Quienes apoyan el fallo aseguran que la decisión brinda claridad en la aplicación de la ley migratoria y fortalece la autoridad federal en la frontera. Funcionarios federales sostuvieron que las detenciones sin sospecha son esenciales en áreas donde la inmigración indocumentada es un desafío constante.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, dijo que la suspensión de la Corte Suprema es “una victoria para la seguridad del pueblo estadounidense y el estado de derecho. Nuestros valientes agentes de DHS continuarán las operaciones en Los Ángeles para remover a los peores criminales indocumentados que representan un peligro para la seguridad pública. ¡Hagamos América segura de nuevo!”
Los tres jueces disidentes dijeron que la opinión de la mayoría debilita la Cuarta Enmienda y afecta desproporcionadamente a las comunidades latinas.