-Editorial
Estados Unidos y México anunciaron una nueva fase de cooperación en materia de seguridad, presentando un grupo de alto nivel para coordinar acciones contra los cárteles de la droga, el tráfico de armas y la migración irregular, al tiempo que se comprometieron a equilibrar la aplicación de la ley con el respeto a la soberanía.
El anuncio se dio durante la visita del secretario de Estado Marco Rubio a la Ciudad de México, donde se reunió con la presidenta Claudia Sheinbaum y con el secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente. Ambos gobiernos señalaron que el marco refleja un nivel de coordinación sin precedentes en los últimos meses, atribuyéndole reducciones en el decomiso de fentanilo, extradiciones de presuntos criminales y menos encuentros de migrantes en la frontera entre México y Estados Unidos.
“Este es un día importante y significativo en las relaciones de nuestros dos países”, dijo Rubio. “Nunca en la historia de ambas naciones hemos visto el nivel de cooperación que tenemos ahora.”
Bajo el nuevo mecanismo, agencias de Estados Unidos y México coordinarán operaciones de inteligencia y aplicación de la ley, reforzarán la seguridad fronteriza y perseguirán a redes criminales transnacionales. El grupo también abordará el contrabando de armas, los delitos financieros y lo que funcionarios describieron como amenazas emergentes, como el uso de drones armados por parte de grupos del crimen organizado.
Rubio señaló que Estados Unidos involucrará a agencias como el FBI y la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos en este esfuerzo. Subrayó que los desafíos de seguridad requieren acción conjunta. “Cuando hablamos de cárteles y otros grupos que operan en todo el hemisferio, nuestros países son más fuertes cuando trabajamos juntos”, afirmó.
De la Fuente dijo que el marco brindará estructura, responsabilidad y seguimiento. “Esto no se trata de subordinar a un país frente a otro”, dijo. “Se trata de establecer mecanismos que puedan producir resultados tangibles en un periodo relativamente corto.”
Las conversaciones colocaron al fentanilo y la migración en el centro de la agenda bilateral. Funcionarios estadounidenses afirman que el fentanilo, producido en gran parte en México con precursores químicos provenientes de Asia, es la principal causa de muertes por sobredosis en Estados Unidos. México, por su parte, ha insistido a Washington en la necesidad de frenar el flujo de armas hacia el sur, argumentando que las armas estadounidenses alimentan la violencia de los cárteles.
De la Fuente destacó que el gobierno de Sheinbaum elevó el tráfico de fentanilo a delito constitucional y que están en marcha reformas legislativas para reforzar su combate. También señaló reducciones recientes en los cruces migratorios. “Desde el 1 de octubre, cuando comenzó este gobierno, los encuentros en la frontera han disminuido más del 90 por ciento”, dijo.
Rubio reconoció a las autoridades mexicanas por desarticular operaciones de tráfico y facilitar la extradición de líderes criminales. “Docenas de objetivos de alto valor han sido entregados a las autoridades estadounidenses en los últimos meses”, señaló. “Ese nivel de cooperación salva vidas a ambos lados de la frontera.”
La visita estuvo marcada por preguntas sobre un ataque militar estadounidense ocurrido esta semana contra una embarcación en el Caribe que, según funcionarios, transportaba droga para el grupo criminal Tren de Aragua. El ataque destruyó la nave, aunque Washington ofreció pocos detalles.
Rubio defendió la operación, calificándola como parte de la campaña del presidente Donald Trump contra lo que ha denominado organizaciones narcoterroristas. “Lo que los va a detener es cuando los destruyes”, dijo Rubio, añadiendo que tales acciones podrían continuar si los grupos criminales operan en aguas internacionales.
De la Fuente, cuestionado sobre las preocupaciones en América Latina respecto a un posible regreso de la “diplomacia de cañonero”, reafirmó los principios constitucionales de México. “Nuestra política exterior se basa en la autodeterminación, la no intervención y la solución pacífica de los problemas”, declaró. Aunque evitó criticar directamente el ataque, enfatizó que la cooperación con Estados Unidos seguirá guiada por esos principios.
Ambos funcionarios destacaron el tráfico de armas como un desafío crucial. Rubio advirtió que grupos criminales en la región están adquiriendo rifles de grado militar, explosivos y drones. “Están empezando a usar drones de formas que podrían amenazar no solo a las fuerzas de seguridad, sino también a poblaciones civiles”, alertó.
De la Fuente aseguró que México ha tomado medidas para rastrear y decomisar armas, además de insistir en una aplicación más estricta en Estados Unidos. “No podemos tener éxito en la lucha contra los cárteles si las armas siguen fluyendo hacia el sur en números tan grandes”, subrayó.
Ambos gobiernos enmarcaron los desarrollos recientes como evidencia de que la cooperación está funcionando. De la Fuente dijo que los decomisos de fentanilo se redujeron en 50 por ciento en los últimos meses y que las tasas de homicidio han bajado en varios estados mexicanos. Rubio destacó la desarticulación de redes criminales y la disminución de encuentros de migrantes en la frontera.
Funcionarios señalaron que el nuevo grupo de alto nivel se reunirá trimestralmente para dar seguimiento a los avances, garantizar la rendición de cuentas y coordinar estrategias. Incluirá la participación de miembros de gabinete de ambos países.
En un mensaje en X, la presidenta Claudia Sheinbaum dijo que el acuerdo reflejaba meses de preparación y estaría guiado por principios claros. “Durante la cordial reunión con el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, acordamos el programa de cooperación en seguridad fronteriza y aplicación de la ley, tras varios meses de trabajo”, escribió. “Se basa en cuatro ejes: reciprocidad; respeto a la soberanía e integridad territorial; responsabilidad compartida y diferenciada; y confianza mutua.”