Altos funcionarios de la administración Trump aparecieron hoy en los principales programas dominicales para defender los ataques aéreos de precisión realizados por el ejército estadounidense contra instalaciones nucleares de Irán, calificando la acción como un paso decisivo para prevenir la proliferación nuclear y garantizar la estabilidad regional. Las apariciones mediáticas coordinadas subrayaron que, si bien Estados Unidos no busca un conflicto más amplio, está preparado para cualquier posible represalia iraní.
El vicepresidente JD Vance, en entrevistas con Meet the Press y This Week, recalcó que los ataques no fueron un acto de guerra, sino una operación dirigida a desmantelar las capacidades nucleares de Irán. “Destruimos el programa nuclear iraní… sin poner en peligro la vida de pilotos estadounidenses”, afirmó Vance, y agregó: “Queremos paz, pero una paz en la que Irán no tenga un programa de armas nucleares”.
Vance reiteró que la administración no busca un cambio de régimen y describió los ataques como un último recurso tras el fracaso de los esfuerzos diplomáticos para disuadir las ambiciones nucleares de Irán. “La diplomacia nunca tuvo una oportunidad real por parte de los iraníes”, argumentó.
El secretario de Estado Marco Rubio, en Face the Nation y Sunday Morning Futures, coincidió con esta visión. “Lo que ocurra a continuación dependerá de lo que Irán decida hacer”, dijo Rubio. “Estamos listos para la diplomacia, pero si escalan, habrá consecuencias”.
Rubio también detalló las preocupaciones de la administración sobre el enriquecimiento de uranio en Irán, cuestionando por qué se enterrarían instalaciones nucleares a cientos de pies bajo tierra si el programa fuera pacífico. Señaló el apoyo de Irán a grupos como Hezbollah y Hamas como justificación adicional para la acción estadounidense.
Aunque ambos funcionarios insistieron en que el objetivo es una resolución pacífica, advirtieron sobre una respuesta militar rápida y contundente si Irán decide tomar represalias. “No tenemos interés en enviar tropas terrestres”, dijo Vance. “Esto fue un ataque quirúrgico adaptado a los intereses nacionales de Estados Unidos”.
La administración sostiene que los ataques han alejado a Irán de obtener un arma nuclear y que aún está abierta a negociaciones. Como concluyó Rubio: “Este es un presidente que dice lo que va a hacer… y lo hace. Ahora el siguiente movimiento depende de Irán”.