-Editorial
El presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que designa al fentanilo ilícito y a su químico precursor principal como armas de destrucción masiva (ADM), y que instruye a varias agencias federales a tomar acciones coordinadas contra la fabricación, distribución y tráfico de este opioide sintético.
La orden instruye al Departamento de Justicia a perseguir cargos criminales, aplicar aumentos en las penas y variaciones de sentencia en casos relacionados con el fentanilo ilícito. También ordena a los secretarios de Estado y del Tesoro tomar medidas apropiadas contra activos e instituciones financieras vinculadas a personas u organizaciones involucradas en la producción o distribución de fentanilo y sus químicos precursores.
Además, la orden ejecutiva solicita al Departamento de Guerra y al Departamento de Justicia determinar si se deben desplegar recursos de seguridad nacional adicionales durante emergencias que involucren fentanilo como ADM. La orden también instruye al Departamento de Guerra, en consulta con el Departamento de Seguridad Nacional, a actualizar los protocolos de respuesta ante incidentes químicos para incluir la amenaza del fentanilo. Seguridad Nacional tiene la tarea de identificar redes de contrabando de fentanilo utilizando inteligencia relacionada con ADM y no proliferación.
Funcionarios de la administración caracterizaron al fentanilo como un opioide sintético altamente potente, señalando que apenas dos miligramos —equivalentes a aproximadamente 10–15 granos de sal— pueden ser letales. Expresaron preocupación de que las ganancias del tráfico de fentanilo se utilicen para financiar actividades criminales, violencia y, en algunos casos, operaciones terroristas internacionales, y advirtieron sobre la posibilidad de que el fentanilo sea utilizado en ataques concentrados.
Trump ha tomado previamente varias medidas contra el narcotráfico y los cárteles, incluyendo declarar una emergencia nacional en la frontera sur, designar ocho cárteles como Organizaciones Terroristas Extranjeras, imponer aranceles a México, Canadá y China, autorizar ataques militares contra operaciones de narcóticos y firmar la Ley HALT Fentanyl, que clasifica permanentemente las sustancias relacionadas con el fentanilo como drogas de la Lista I bajo la ley federal.
La administración indicó que la nueva orden ejecutiva busca movilizar a las agencias federales de manera coordinada para enfrentar al fentanilo como una amenaza química, reducir su impacto en las comunidades estadounidenses y fortalecer la aplicación de la ley contra redes criminales y transnacionales responsables de su distribución.