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Tiempos difíciles para los DREAMers

Por: Victor Hermosillo, Senador en México

Estados Unidos es la nación en el mundo que más promueve los valores de la innovación y el emprendedurismo, el país en donde se premia a los seres humanos que son persistentes y apasionados; es probable que no haya otra región en el mundo donde los sueños se materialicen en oportunidades de vida como la unión americana, esto hasta la llegada de Donald Trump al poder.

La última prueba de la destrucción de los valores americanos por parte del neoyorkino ha sido la cruel decisión de acabar con DACA, al desmoronar el futuro de casi 800 mil jóvenes indocumentados que llegaron siendo niños acompañando el sueño de sus padres de salir adelante. Ahora se acaba la oportunidad que había brindado Barack Obama para que estos jóvenes pudieran trabajar y estudiar sin correr el riesgo de ser deportados por no contar con la documentación que acredita su estancia legal.

De los casi 800 mil inscritos en DACA, 622 mil son de origen mexicano y por eso nos interesa tanto lo que sucede con ellos. No tengo duda de que los dreamers deben ser la generación más emprendedora e innovadora que hayamos visto en mucho tiempo; no sólo son los mejores de origen mexicano, quizá sean parte de los mejores jóvenes del mundo, pues se han tenido que sobreponer a barreras con las que muchos otros no podrían lidiar, y a pesar de eso han salido adelante de una forma asombrosa, trabajando y participando en su comunidad.

Los dreamers se han convertido en el futuro innegable de nuestra región porque ellos no son mexicanos, aquí están sus raíces pero en Estados Unidos está su vida y su futuro; sin embargo, tampoco son americanos, pues tienen el plus de tener lo mejor de ambas culturas: los dreamers son norteamericanos.

El impacto de estos jóvenes es impresionante, tan solo el 72% son empleados de las 25 mejores empresas de Fortune 500 y su talento es avalado por más de 500 universidades que se manifestaron en contra de que se acabe con DACA, entre ellas Harvard, Columbia y Nueva York, llegando incluso a poner a disposición de los estudiantes asesoría legal para que no fuesen deportados.

Actualmente 46% estudia y de ellos el 83% trabaja, según el Center for American Progress. Es por ello que la decisión de Trump parece un balazo en el pie de la economía de Estados Unidos pues con su eventual deportación, las pérdidas económicas ascenderían a más de 400 mil millones de dólares en la próxima década.

Me alegra ver cómo la gran mayoría de los americanos los apoya, desde las iglesias, los empresarios, gobernadores, artistas y hasta algunos republicanos se muestran a favor de que se legisle para no depender de la voluntad política de una sola persona y en cambio, se les reconozca su gran aportación a Estados Unidos legalizando su estancia, en particular en los estados con más dreamers como: California con 242.339, Texas con 140.688, Nueva York con 49.710, Illinois con 45.663, y Florida con 39.843.

Hasta este momento los actuales beneficiarios de DACA siguen contando con la protección; sin embargo, esto tiene una fecha de caducidad. Desde el pasado 5 de septiembre ya no se aceptan más solicitudes para ingresar, esto significa que los que ya tienen un permiso no pueden ser procesados hasta que expire en marzo del próximo año, mientras que para los que su permiso termina en los próximos 6 meses, tienen la oportunidad de solicitar su renovación antes del 5 de octubre para ser habilitados por dos años más.

Ahora la única oportunidad de los dreamers se encuentra en un Congreso que por décadas ha evadido la responsabilidad de hacer una amplia reforma migratoria, sin embargo, la crueldad de Trump ha despertado el compromiso de los líderes de ambos partidos. La líder demócrata en la Cámara, Nancy Pelosi dijo “la revocación de DACA es un contundente golpe contra los jóvenes y brillantes dreamers, y todos aquellos que valoran el sueño americano; por su parte, el presidente republicano de la Cámara, Paul Ryan, expresó su intención de encontrar los acuerdos para legalizarlos permanentemente, “estos son chicos que no conocen otro país, están aquí porque los trajeron sus padres pero no conocen otro hogar”.

En México no hemos articulado una estrategia inteligente para influir en Estados Unidos desde la negociación de TLCAN en 1991 y ahora con Trump nuestras carencias en materia de política exterior son más evidentes, más si esto sucede en medio de la renegociación del acuerdo comercial.

Cuando Jeff Sessions lo anunció, se consideró llamar a nuestro Embajador a cuentas, se pensó en levantarse de la mesa de renegociación, incluso limitar la cooperación en inteligencia, abrir la frontera sur y muchas locuras más.

La realidad es que solo tres cosas están en nuestras manos: manifestarnos enérgicamente por esta decisión; reestablecer las líneas de cabildeo en Estados Unidos para presionar y/o cooperar con todos los involucrados con el objetivo de conseguir una reforma migratoria; y garantizarles las mejores oportunidades posibles en México en caso de que deban volver.

Sabemos que regresar a nuestro país no parece ser una opción para los dreamers y los entendemos, porque quizá ninguna nación en el mundo les puede ofrecer la vida y el futuro que la unión americana brinda, incluso en el clima hostil que provoca Trump.

Sepan que ustedes son un referente para la sociedad mexicana, una fuente de admiración por su talento y valentía; no permitiremos que vuelvan porque los queremos ver triunfar, pero serán bienvenidos con respeto si nos llegamos a ver por acá.

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