Una ruptura pública entre el presidente Donald Trump y su exaliado Elon Musk se intensificó drásticamente este jueves, cuando ambos intercambiaron ataques personales por un controvertido proyecto de ley republicano de recortes fiscales y gasto público. La disputa surge tras la salida de Musk de la administración Trump y en medio de un creciente escrutinio sobre el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una polémica iniciativa que Musk ayudó a liderar.
El presidente Trump, promoviendo lo que él llama el “Gran y Hermoso Proyecto de Ley”, criticó a Musk por volverse en su contra después de que el CEO de Tesla y SpaceX calificara la legislación como “una abominación repugnante” que llevaría a EE.UU. a una “esclavitud por deuda”. La propuesta contempla una drástica reducción de $1.6 billones en el gasto federal junto con importantes recortes fiscales. Trump advirtió sobre aumentos severos de impuestos si no se aprueba.
Musk, quien dirigió DOGE hasta el 30 de mayo, respondió acusando a Trump de ingratitud y amenazando con desmantelar operaciones clave de SpaceX. “Si este proyecto de ley se aprueba, América está acabada”, publicó Musk en su red social X, instando a sus seguidores a presionar al Congreso para “matar el proyecto”.
En una serie de publicaciones, Musk también alegó que el nombre de Trump aparece en documentos sellados relacionados con el delincuente sexual Jeffrey Epstein, una afirmación que avivó aún más las tensiones. Trump contraatacó amenazando con cancelar los contratos gubernamentales de Musk, asegurando que eso ahorraría “miles y miles de millones” de dólares a los contribuyentes.
Musk respondió que SpaceX comenzaría a desmantelar su nave Dragon “de inmediato”, intensificando el enfrentamiento.
“No me molesta que Elon se vuelva contra mí, pero debió hacerlo hace meses”, declaró Trump. “Este es uno de los mejores proyectos de ley jamás presentados al Congreso. Es un recorte récord de gastos—$1.6 billones—y el mayor recorte fiscal de la historia. Si no se aprueba, habrá un aumento del 68% en impuestos y cosas mucho peores. Yo no creé este desastre, solo estoy aquí para arreglarlo. Esto pone a nuestro país en el camino hacia la grandeza. ¡Hagamos a América Grande Otra Vez!”
La disputa ocurre en medio del creciente colapso de DOGE, una agencia temporal de reorganización gubernamental lanzada por Trump para reducir la burocracia federal. Inicialmente inspirada en el U.S. Digital Service, la administración Trump le atribuye un ahorro de $180 mil millones. Sin embargo, organismos de vigilancia y análisis independientes estiman que el programa podría costar hasta $135 mil millones en 2025 debido a pérdidas de productividad, demandas judiciales y disrupciones en agencias federales.
DOGE ha estado vinculado a despidos masivos, acciones de inmigración y la cancelación de proyectos de vivienda asequible y ayuda exterior. Críticos argumentan que la iniciativa tiene un enfoque ideológico, comparando sus acciones con un intento de golpe administrativo.
La naturaleza exacta del rol de Musk dentro de DOGE sigue siendo objeto de debate. Mientras la Casa Blanca lo describió como asesor principal, Trump lo llamó jefe de la agencia. Expertos legales sostienen que Musk probablemente requería confirmación del Senado bajo la Cláusula de Nombramientos, un paso que nunca se tomó.
Las iniciativas de DOGE han tenido graves repercusiones en agencias como la Administración del Seguro Social y el IRS. Funcionarios del Tesoro anticipan una caída de $500 mil millones en ingresos fiscales para 2025, atribuyéndola en parte a los recortes de personal vinculados a DOGE.