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Por: Jaime Israel Dávila Gómez, abogado
Uno de los derechos más importantes que deriva de contar con una marca registrada es el de poder explotarla económicamente a través del otorgamiento de licencias. Una licencia implica la autorización que hace el propietario de la marca, para que un tercero pueda utilizarla en la comercialización de los productos o la prestación de los servicios para los que fue registrada.
Existen distintos tipos de licencias, sin embargo todas ellas cuentan con dos elementos: la autorización por un lado y una contraprestación económica por el otro. Además, por ley, quien recibe una licencia debe asegurar que la calidad de los servicios o de los productos con los que se identificará la marca “prestada”, sea igual que la que ofrece el titular de la misma.
En relación a la contraprestación, ésta puede consistir en una cantidad fija por la autorización de utilizar una marca, puede consistir en el pago de regalías (proporcionales a lo obtenido en razón de la utilización de la marca o fijas y también puede tratarse de las dos anteriores).
Respecto a quien recibe la autorización para usar una marca, la licencia puede ser exclusiva o no exclusiva, es decir que en el primer caso sólo a ese tercero se le va a otorgar licencia y en el segundo caso el titular puede otorgar más licencias a otras personas. La exclusividad de una licencia puede incidir directamente en la contraprestación pactada y en los demás términos de una licencia.
Por último, en cuestiones de tipos de licencias, existen las licencias tradicionales que son como las ya explicadas y además existen las franquicias, que son un tipo de licencia, donde además de otorgar la autorización de uso de una marca, el titular de la misma transmite conocimiento sobre el negocio o empresa que utiliza dicha marca, específicamente sobre cuestiones operativas, administrativas y financieras, también conocido como el “know how”.
Las licencias, deben establecer claramente, cuando menos, las personas que intervienen en la misma, la marca sobre la que se da autorización, la contraprestación económica que tiene que pagar el licenciatario, el tiempo que dura la licencia, el territorio en el cual se utilizará la marca, aspectos sobre la defensa de la marca y sanciones económicas para aquel que incumpla con los términos de la misma.
