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Por: Colaboración de Geraldine Angulo Rendón, estudiante de Negocios Internacionales de CETYS Universidad y Terry Ahtziry Cárdenas Banda, abogada, humanitaria y catedrática.
Todo el 2020 empezó de una manera muy extraña. Comenzamos con el “pie izquierdo” un nuevo año bisiesto. Desde una posible Tercera Guerra Mundial, un incendio forestal gigantesco en Australia, muere el famoso basquetbolista Kobe Bryant en un accidente aéreo, el mes de enero parecía que jamás iba a acabar. Los movimientos feministas, el paro del 9 de marzo y todo lo antes mencionado conformaron el primer trimestre del año. Sin embargo, lo que jamás pensamos que ocurriría ante todo lo citado sería el inicio de un nuevo virus, el cual vino a cambiar la vida como la conocemos.
La llegada del nuevo coronavirus (COVID-19) vino a convertirse en una pandemia que ataco a todas las naciones sin previo aviso y sin distinción alguna. El COVID-19 nos demostró que seas del país que seas, todos somos humanos y nadie esta exento de una enfermedad. Alrededor del mundo se han tomado diferentes medidas ante esta crisis sanitaria, tal es el caso de España, quienes cerraron fronteras de manera definitiva como medida de prevención, dejando a estudiantes mexicalenses, que se encontraban de intercambio, encerrado en cuarentena en un país extranjero, sin poder reunirse con sus familias ni recibir el apoyo de sus seres queridos.
Por su parte, en México las actuaciones para combatir la pandemia variaron y no fueron tan severas en un principio. Este virus se propagó de una manera tan rápida, que todavía hay quienes, aun viendo la situación, no creen en dicho virus. La toma de decisiones en México ha sido sumamente criticada no solo internamente sino globalmente, un sin número de opiniones coinciden en que la actuación gubernamental nacional no ha sido la idónea. El freno a las actividades del día a día se dio paulatinamente dependiendo de las entidades federativa, al principio de esta pandemia no hubo cancelación de vuelos tanto nacionales como internacionales, no se cerraron fronteras inmediatamente, asimismo, las medidas implementadas no se respetaron debidamente lo que conllevo a una acelerada propagación del virus.
Por lo que surge la siguiente pregunta ¿Cómo esta afectando este nuevo virus en la economía?
De acuerdo, con Jorge A. Chávez Presa (2020) “el impacto a la economía global será titánico”. Primero se interrumpieron abruptamente las cadenas de producción y las medidas adoptadas para evitar el contagio provocando una disminución en la demanda. Estos dos choques en la oferta y la demanda globales de bienes y servicios es uno de los factores que han provocado la caída del precio del petróleo.
Por otra parte, Manuel Romo, Director General de Citibanamex, informó que, según los resultados financieros de este trimestre, la caída del Producto Interno Bruto (PIB) en 2020 será del 9.0%, lo que provocará un impacto significativo en la economía mexicana ante la pandemia por coronavirus. En conferencia de prensa, el banquero subrayó que la crisis “será más severa que la del 2009 o la del tequila (1994)”, añadiendo que, con base en estudios económicos de la institución, se estima que el desempleo cierre en 7%.
Ahora bien, si nos preguntamos lo siguiente: ¿México entrará en una crisis económica?
Responderemos que México ya está en una crisis económica. Nuestra actividad industrial ha caído durante 16 meses y de la mano la inversión extranjera. El país transita de una crisis económica a una crisis financiera, que detonó con la depreciación del peso mexicano de mediados de febrero a mediados de marzo a un 24%.
La realidad es que las actividades comerciales del país están siendo severamente afectadas y esto conlleva a un déficit económico, sobretodo, por que no hay apoyo gubernamental ante esta crisis para las medianas y pequeñas empresas. Si bien, nos encontramos viviendo una crisis de salud, y que debe ser primordial atender las cuestiones de la salud, también estamos viviendo una afectación severa en los negocios internacionales, lo que no podemos dejar de lado en una ciudad fronteriza que vive de la inversión extranjera.
No nos queda más que seguir aportando nuestro granito de arena desde nuestra trinchera, buscando colaborar desde dónde se pueda, siempre en aras del bienestar común de nuestra comunidad.
