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-Editorial
Estados Unidos y China lograron un importante acuerdo comercial destinado a reducir las tensiones arancelarias, restaurar el diálogo económico y abordar desequilibrios comerciales de larga data. El anuncio se produjo tras negociaciones exitosas celebradas el fin de semana en Ginebra, Suiza, marcando la primera declaración conjunta sobre comercio entre ambos países en varios años.
Este acuerdo se da pocos días después de que el presidente Donald J. Trump concretara un tratado comercial con el Reino Unido, ampliando así su estrategia de rediseñar las relaciones comerciales globales. Según funcionarios estadounidenses, el pacto con China contempla la reducción de aranceles, la eliminación de medidas de represalia recientes y el establecimiento de un marco para futuras conversaciones económicas.
Como parte del acuerdo, ambos países reducirán los aranceles recientemente elevados en un 115%, aunque mantendrán una tarifa base del 10% sobre los bienes intercambiados. Las medidas entrarán en vigor el 14 de mayo de 2025. Estados Unidos suspenderá los aranceles adicionales impuestos el 8 y 9 de abril, pero conservará los derechos existentes antes del 2 de abril, incluidos los aranceles establecidos bajo la Sección 301, Sección 232, y aquellos relacionados con la emergencia nacional por el fentanilo declarada conforme a la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional.
Por su parte, China eliminará los aranceles de represalia y otras contramedidas no arancelarias adoptadas desde inicios de abril. Además, suspenderá por 90 días un arancel del 34% anunciado el 4 de abril, manteniendo sin embargo una tarifa del 10% durante ese periodo.
Funcionarios estadounidenses calificaron el acuerdo como un paso hacia la “reorganización” de la relación económica bilateral. En 2024, el déficit comercial de bienes de EE.UU. con China alcanzó los 295.4 mil millones de dólares, el más alto con cualquier socio comercial. El nuevo marco busca apoyar la producción nacional, fortalecer las cadenas de suministro y priorizar los intereses de trabajadores y productores estadounidenses.
Ambas naciones también acordaron establecer un mecanismo bilateral para continuar las discusiones sobre temas comerciales y económicos. Estados Unidos estará representado por el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el representante comercial, Jamieson Greer. Por parte de China participará He Lifeng, viceprimer ministro del Consejo de Estado.
El acuerdo incluye además medidas conjuntas para combatir el tráfico ilícito de fentanilo y sus precursores químicos desde China hacia América del Norte, una problemática clave en la crisis de opioides en Estados Unidos.
La Casa Blanca calificó el acuerdo como una “victoria significativa” para la economía estadounidense, destacando el compromiso del presidente Trump con una política comercial firme y centrada en la equidad económica. Funcionarios del gobierno sostienen que estas medidas son necesarias para contrarrestar décadas de déficit comercial y deslocalización de empleos.