En un esfuerzo por optimizar las operaciones federales, el presidente electo Donald Trump anunció la creación del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), nombrando al CEO de Tesla, Elon Musk, y al empresario biotecnológico Vivek Ramaswamy como líderes conjuntos. Trump describió a ambos como “dos estadounidenses excepcionales,” y explicó que la meta del departamento será eliminar regulaciones redundantes, reducir la burocracia y rediseñar agencias para una mayor responsabilidad, en línea con su movimiento “Salvar a América,” que busca un gobierno más ágil y eficiente.
Trump resaltó la urgencia de esta iniciativa, enfocándose en el gasto anual de aproximadamente $6.5 billones del presupuesto federal. “Nuestro gobierno se ha vuelto inflado y desalineado con los intereses del pueblo estadounidense,” afirmó, señalando que este equipo “aportará un espíritu emprendedor al gobierno” para realizar reformas profundas. Musk compartió el mismo entusiasmo, calificando a DOGE como potencialmente el “Proyecto Manhattan” de la reestructuración gubernamental, con planes para identificar y abordar ineficiencias en todos los departamentos federales.
Ramaswamy, ex CEO en biotecnología y ex candidato presidencial republicano, destacó el enfoque populista de DOGE, anunciando que el departamento pronto solicitará al público ejemplos de desperdicio e ineficiencia en el gobierno. “Los estadounidenses votaron por un cambio audaz y merecen ser parte de la solución,” declaró, invitando a la participación ciudadana para resolver el sistema sobredimensionado. Tanto Musk como Ramaswamy, reconocidos por su estatus de “outsiders” en política, se espera que aporten perspectivas innovadoras que puedan llevar a reformas disruptivas en las operaciones del gobierno.
El anuncio ha captado rápidamente el interés público, y la cuenta recién creada de DOGE en X (anteriormente Twitter) atrajo cerca de 170,000 seguidores en cuestión de horas. Publicaciones como “Trabajando horas extras para asegurar que sus impuestos se gasten sabiamente” han resonado entre los estadounidenses frustrados con la ineficiencia gubernamental. La iniciativa también impulsó inesperadamente a Dogecoin, la criptomoneda asociada con Musk, que aumentó más del 20% tras el anuncio, ya que los inversores interpretaron el acrónimo de DOGE como una referencia al famoso memecoin.
Sin embargo, la cercana implicación de Musk con la administración ha generado cierta fricción en el círculo íntimo de Trump. Fuentes anónimas afirman que sus frecuentes apariciones en Mar-a-Lago han preocupado a ciertos asesores, quienes consideran que su influencia podría eclipsar a los miembros tradicionales del equipo de transición. Estas tensiones subrayan los desafíos que Musk podría enfrentar al equilibrar su papel como externo al gobierno con las responsabilidades del servicio público.
La iniciativa DOGE cuenta con una línea de tiempo ambiciosa, con planes de completar sus objetivos primarios para el 4 de julio de 2026, en celebración del 250 aniversario de la Declaración de Independencia. Trump expresó su confianza en que el trabajo de Musk y Ramaswamy resultará en “un gobierno más pequeño, con mayor eficiencia y menos burocracia,” un legado que calificó como un regalo ideal para la nación.
Este movimiento también refuerza la estrategia de Trump de incorporar líderes influyentes del sector privado al gobierno, una tendencia que persiguió durante su primer mandato. La iniciativa DOGE representa un enfoque novedoso, combinando la reforma impulsada por la tecnología y el conocimiento empresarial para generar cambios en Washington. Aunque la iniciativa tiene sus escépticos, especialmente entre los políticos tradicionales, es evidente que el equipo de Trump busca redefinir las expectativas del público sobre el gobierno en los próximos años.