SDSU Valle Imperial y la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) celebraron la gran apertura del laboratorio binacional de toxicología “b-lab” en la UABC, Mexicali.
Ambas instituciones utilizarán este nuevo espacio para proyectos de investigación dirigidos por profesores y estudiantes. Los investigadores de SDSU Valle Imperial y UABC esperan que los datos que recopilen sirvan para guiar los esfuerzos de organizaciones locales y agencias gubernamentales en la mitigación de problemas de salud pública en ambas regiones, tanto en EE.UU. como en México.
El corte de listón estuvo a cargo del Dr. Luis Enrique Palafox Maestre, rector de la UABC, y la Dra. Adela de la Torre, presidenta de SDSU, con la participación de autoridades del estado de Baja California y docentes de la UABC, quienes se unieron a la celebración.
La Dra. Linda Lara, profesora asociada de salud pública en SDSU Valle Imperial, aporta al programa una amplia experiencia en toxicología e investigación internacional. “Pasé alrededor de 10 años en Canadá trabajando en investigaciones enfocadas en toxicología”, comentó la Dra. Lara. “Vi la oportunidad de regresar a casa y la tomé. Me contrataron para ayudar a lanzar el nuevo programa de salud pública en SDSU Valle Imperial, y esta es nuestra primera generación de estudiantes.”
El programa busca fomentar una colaboración tangible entre Imperial Valley y Mexicali, más allá de simples palabras, según la Dra. Lara. “Compartimos el agua, compartimos el aire—los problemas de salud no se detienen en la frontera”, enfatizó. “Nuestro principal objetivo es realizar investigaciones sobre los problemas de salud pública que afectan a la región, incluyendo la calidad del aire y el agua.”
Uno de los proyectos clave del laboratorio se enfoca en rastrear posibles pandemias a través de la vigilancia de aguas residuales. “Mi especialidad es la prevención de pandemias”, explicó la Dra. Lara. “Estamos desarrollando un sistema para detectar brotes antes de que ocurran, monitoreando la resistencia a los antimicrobianos y las enfermedades emergentes en las aguas residuales. En lugar de reaccionar ante una crisis como la de COVID-19, estamos trabajando en una vigilancia continua para prevenir la próxima pandemia.”
Otra preocupación importante es el mal uso de antibióticos entre EE.UU. y México. “Muchos residentes de Imperial Valley buscan atención médica en México debido al costo o la disponibilidad”, explicó la Dra. Lara. “Sin embargo, los antibióticos aprobados por la FDA en EE.UU. son diferentes a los disponibles en México. Esta falta de coordinación puede contribuir a la creación de ‘superbacterias’ resistentes a los antibióticos, lo que representa un grave riesgo para la salud pública.”
La Dra. Lara también destacó los crecientes desafíos del calor extremo y la importancia de preparar a los estudiantes para las realidades de la salud pública.
“Hablamos de temperaturas que superan los 100 grados Fahrenheit—esto es una vergüenza climática. Sabemos que esto no va a mejorar; de hecho, empeora cada año. Por eso queremos que nuestros estudiantes estén preparados para enfrentarlo”, señaló Lara.
Asimismo, resaltó la importancia de la experiencia práctica en la frontera, calificándola como una lección fundamental en salud pública.
“Las enfermedades no permanecen en un solo lugar—lo vimos con el COVID-19. Se desplazan entre países, y nuestros estudiantes deben estar preparados. Esta colaboración con México es invaluable, ya que les permite desarrollar una visión más amplia de lo que es salud pública”, concluyó.