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-Editorial
Una gasolinera en la bahía de San Francisco está cobrando casi $8 por galón de gasolina de grado supremo, ya que el precio promedio en California supera los $6 dólares.
La gente se ha sentido frustrada con el aumento del gas en los últimos meses. El presidente Joe Biden anunció una serie de acciones para detener el aumento de los precios de la gasolina en marzo. La falta de resultados podría afectar al partido de Biden en las elecciones intermedias.
“Mira, sé que los precios de la gasolina son dolorosos. Lo entiendo. Mi plan va a ayudar a aliviar ese dolor hoy y protegerlo de nuevo mañana. Estoy abierto a ideas para fortalecer el plan. Es hora de lograr una verdadera independencia energética a largo plazo en Estados Unidos de una vez por todas. Y continuaré utilizando todas las herramientas a mi disposición para protegerlos del aumento de precios de Putin. Este no es momento para la política. América: los estadounidenses no pueden pagar eso en este momento. Así que afrontemos este momento juntos”, dijo el presidente Biden.
La secretaria de Energía, Jennifer Granholm, culpó al cártel petrolero de la OPEP liderado por Arabia Saudita y a la industria del gas y el petróleo de EE. UU. por el aumento de los precios del combustible para motores en Estados Unidos. Como informó el Financial Times el 4 de noviembre: “La Casa Blanca ha dicho que la OPEP+ corre el riesgo de poner en peligro la recuperación económica mundial al negarse a acelerar los aumentos de la producción de petróleo y advirtió que Estados Unidos estaba preparado para utilizar ‘todas las herramientas’ necesarias para reducir los precios del combustible”.
Según la Administración de Información Energética de EE. UU., las familias estadounidenses que utilizan propano para calentarse pueden esperar pagar un 54% más en el invierno de 2021/22 que el año pasado.
El 23 de noviembre de 2021, la administración Biden anunció que liberaría 50 millones de barriles de petróleo de la Reserva Estratégica de Petróleo (SPR).
Debido a la invasión rusa de Ucrania en 2022 y las sanciones internacionales posteriores durante la guerra ruso-ucraniana contra Rusia, los precios del petróleo en todo el mundo se dispararon. A principios de marzo de 2022, el precio del crudo Brent superó los US$113 por barril, el nivel más alto desde junio de 2014, mientras que el West Texas Intermediate cotizaba a poco menos de US$110 por barril. El 8 de marzo, el presidente Joe Biden ordenó la prohibición de las importaciones de petróleo, gas y carbón rusos a los Estados Unidos. Biden ordenó la liberación de otros 30 millones de barriles de petróleo de la SPR a principios de marzo, a lo que el 31 de marzo le siguió una liberación de 1 millón de barriles en promedio por día durante 180 días, esta última en la que es la liberación más grande de la SPR en su historia.
La administración Biden fue presionada sobre posibles acuerdos petroleros con Arabia Saudita, Venezuela e Irán que harían que aumentaran su producción de petróleo. Sin embargo, hasta ahora, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos han rechazado las solicitudes de los EE. UU. En mayo de 2022, la Administración Biden anunció que permitirá que las compañías petroleras europeas adquieran crudo venezolano de inmediato, pero desestimó los pedidos de EE. UU. de levantar unilateralmente todas las sanciones contra Venezuela.
