México se encuentra en un punto crítico, con una violencia en aumento y crecientes presiones económicas que demandan una acción inmediata y efectiva. La presidenta Claudia Sheinbaum presentó recientemente una ambiciosa Estrategia Nacional de Seguridad, una plataforma impulsada por tecnología que busca incrementar la rendición de cuentas y la coordinación entre las agencias federales, estatales y locales. La iniciativa pretende enfrentar la grave ola de criminalidad en México, incluyendo varios casos de alto perfil en Baja California, los cuales han subrayado la urgencia de una solución integral y duradera para la crisis de seguridad del país.
Recientes incidentes violentos han puesto a Baja California en el centro de atención. A principios de este año, Minerva Pérez, una reconocida empresaria, fue asesinada en Ensenada. Pérez había denunciado públicamente actividades de pesca ilegal, generando preocupación por el daño ambiental y económico a las empresas que operan dentro de la legalidad. Su trágica muerte sigue sin resolverse, lo cual destaca la impunidad que amenaza a los defensores que alzan la voz contra el crimen organizado.
En otro caso, Raúl Valenzuela Jr., hijo de un empresario en el sector de la construcción en Mexicali, fue asesinado a tiros después de salir de un gimnasio local. Valenzuela, de 35 años, aparentemente había sido objeto de extorsión por parte de grupos criminales. Su asesinato marcó otro escalofriante episodio en el patrón creciente de ataques dirigidos a figuras empresariales y emprendedores en México, lo que agrava el miedo y la frustración pública respecto a la seguridad de individuos prominentes en sus propias comunidades.
El asesinato sin sentido de tres surfistas—los hermanos australianos Jake y Callum Robinson, junto con su amigo estadounidense Jack Carter Rhoad—subraya aún más los desafíos de seguridad en Baja California. Los hombres, quienes eran bien considerados en la comunidad de surf de sus países de origen, fueron asesinados en una región donde tanto locales como turistas han sido afectados por la actividad criminal creciente. Sus muertes son un recordatorio trágico de cómo la violencia afecta tanto a visitantes extranjeros como a ciudadanos mexicanos, impactando al sector turístico de México y la percepción de seguridad en áreas populares para los viajeros.
A estas tragedias se suma la muerte reciente de una joven a manos de un conductor de plataforma, lo que pone en evidencia las brechas en la supervisión regulatoria de los servicios de transporte en México. Estos incidentes refuerzan la necesidad urgente de que la estrategia de Sheinbaum aborde el amplio espectro de violencia que afecta a varios sectores de la sociedad.
La nueva plataforma de la presidenta Sheinbaum, desarrollada por la Agencia de Transformación Digital, compila datos de criminalidad en tiempo real diariamente, semanalmente, mensualmente y anualmente. Este enfoque permite a los funcionarios identificar tendencias y monitorear las tasas de criminalidad en los estados, facilitando respuestas inmediatas ante amenazas emergentes. Al alinear los objetivos de seguridad con métricas de la Fiscalía General, la plataforma enfatiza la rendición de cuentas y el compromiso proactivo. “Esta plataforma nos permite evaluar la estrategia diariamente”, explicó Sheinbaum en una conferencia de prensa reciente, señalando que la iniciativa busca romper con los enfoques fragmentados en el control del crimen.
Funcionarios de seguridad, incluido Omar García Harfuch, Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, informaron de progresos en las acciones de cumplimiento recientes. Entre el 1 de octubre y el 8 de noviembre, más de 3,000 individuos fueron detenidos por delitos de alto impacto, y las autoridades incautaron más de 1,300 armas de fuego y aproximadamente 42 toneladas de drogas. Estas incautaciones están dirigidas a sustancias como el fentanilo y la cocaína, que impulsan las ganancias y la violencia asociada con el crimen organizado.
A medida que la estrategia de Sheinbaum se despliega, los esfuerzos regionales en Baja California y Sonora también han avanzado. En respuesta a la actividad criminal transfronteriza, el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, y la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar, se han unido para establecer un Mando Único. Esta coalición está diseñada para reforzar la seguridad en áreas a lo largo de la frontera, incluyendo Mexicali y San Luis Río Colorado, donde organizaciones criminales compiten por el control. Durazo explicó que el Mando Único responde “al enfrentamiento entre dos organizaciones criminales” y busca proteger a las comunidades en estas zonas de alto riesgo mejorando la asignación de recursos y el intercambio de inteligencia.
Mientras tanto, la reciente elección de Donald Trump en Estados Unidos agrega otra capa de complejidad al panorama de seguridad y economía de México. La promesa de Trump de aumentar los aranceles sobre las exportaciones mexicanas amenaza con desestabilizar la economía de México, ya vulnerable debido a su dependencia del comercio con EE. UU. Esta incertidumbre económica ha causado la depreciación del peso mexicano, lo que subraya la estrecha interdependencia económica entre ambas naciones. Los aranceles propuestos por Trump y los posibles cambios en las políticas de inmigración de EE. UU. podrían crear desafíos adicionales, especialmente en estados fronterizos como Baja California, donde se entrecruzan los lazos económicos y los temas migratorios.
Marcela Figueroa, titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, compartió tendencias alentadoras, citando una reducción del 37.2% en delitos de alto impacto desde 2019. Sin embargo, con México experimentando aún un promedio de 83 homicidios por día, queda un largo camino por recorrer para restaurar la confianza pública en la capacidad del gobierno para garantizar la seguridad de la nación. Figueroa destacó que la tasa actual de homicidios refleja una disminución del 17.3% en comparación con las cifras de 2019, pero estas estadísticas ofrecen poco consuelo a las familias y comunidades devastadas por la pérdida.
Ante el aumento del crimen y la incertidumbre económica, la Estrategia Nacional de Seguridad de la presidenta Sheinbaum ofrece un marco muy necesario para abordar los desafíos de México. Al priorizar la transparencia, fomentar la cooperación entre agencias federales y locales, y centrarse en la prevención del crimen basada en datos, Sheinbaum pretende crear una estrategia coherente con un impacto medible. Sin embargo, el éxito de la plataforma dependerá de la capacidad del gobierno para mantener la voluntad política y asignar recursos de manera efectiva para apoyar medidas de seguridad sostenibles a largo plazo.
En última instancia, la Estrategia Nacional de Seguridad marca un cambio importante en la forma en que México aborda su complejo panorama delictivo. Para que México construya un futuro más estable, los gobiernos federal y estatal deben comprometerse plenamente a implementar el plan de Sheinbaum y responder a las necesidades de las comunidades más afectadas por la violencia. Si esta estrategia traerá la seguridad y estabilidad económica que México necesita con urgencia aún está por verse, pero su potencial para transformar el panorama de seguridad no puede ser pasado por alto. A medida que México enfrenta crecientes presiones internas y externas, la estabilidad futura del país depende de la efectividad de estas nuevas medidas y la determinación del gobierno de proteger a sus ciudadanos y su economía.