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Por: Melissa Dórame, Reportera
La denominada nueva normalidad es un término o una expresión mediática, que leemos o escuchamos constantemente debido a la pandemia que existe actualmente, sin embargo, no es la primera vez que se utiliza para explicar en cierta manera la “realidad”. De tal forma, me parece importante retomar algunas opiniones en torno a la misma como un intento de vislumbrar sus implicaciones.
Si escribimos en algún buscador de internet: concepto de nueva normalidad, encontraremos artículos y notas que se han realizado estos últimos meses. En algunos se menciona que existen registros desde la segunda década del siglo XX, pero no se popularizó hasta el 2008 tras la crisis mundial económica, así también se utilizó después del 11-S en Estados Unidos.
Desde el punto de vista lingüístico, dicha frase es considerada por algunos como un oxímoron debido a la contradicción de lo que significa la normalidad y lo novedoso; otras personas la defienden y señalan que explica una normalidad que se introduce, y que incluso aporta cierta estabilidad. Sin embargo, esta misma intención se vuelve truculenta cuando todo alrededor está en constante cambio y ambivalencia.
Nuestro lugar en el mundo
La socióloga, economista, escritora y urbanista Saskia Sassen, explicó en una entrevista que “hablar de nueva normalidad es reconocer que algo no funcionó”. En relación a la pandemia, menciona, no es la primera vez que un evento epidemiológico se presenta, lo cual invita a pensar hasta qué punto hemos propiciado este resultado.
Se ha vuelto más necesario permitirnos reflexionar acerca de los proyectos que muchos han realizado en cuanto al medio ambiente o hacia la naturaleza, y que no respetan las otras presencias y realidades con las que cohabitamos el mundo, menciona Sassen.
Es importante entender cómo es que a través de los años, los seres humanos nos hemos apropiado de los espacios, de las tierras, de las aguas y de los recursos de una forma extractiva, menciona la socióloga principalmente en las grandes urbes, sin preocuparnos por la sustentabilidad o las repercusiones de nuestras acciones u omisiones, es decir, las condiciones que determinamos.
Los desafíos
Por otra parte, António Guterres, noveno Secretario General de las Naciones Unidas ya ha publicado, la pandemia no se trata solamente de una crisis sanitaria, sino también de una crisis humanitaria, una crisis de empleo y desarrollo.
Según el informe «Responsabilidad compartida, solidaridad global» del Secretario General de la ONU publicado en abril, las acciones que tomen los gobiernos deben estar centradas en la construcción de economías y sociedades más equitativas, inclusivas y sostenibles, más resistentes a las pandemias y enfocadas al cambio climático entre otros desafíos mundiales.
De tal forma, ha explicado también que aun cuando la crisis de salud termine, no podemos continuar con las prácticas habituales que incrementan las emisiones de gases y ejercen tal presión sobre la vida silvestre y la biodiversidad.
En este sentido, me parece importante recalcar lo evidente, el virus es un elemento (mortal), que acentuó las desigualdades, la pobreza y la precariedad que son resultado de malas decisiones o de no centrarse en lo que es vital, como garantizar un sistema de salud y una cultura de prevención, otorgar educación de calidad, proteger los empleos formales e informales, el respeto al medio ambiente, atender las necesidades de los grupos vulnerados.
Por su parte, Sassen invita a la reflexión, para entender esta denominada nueva normalidad como una intervención, y una oportunidad para reconocer nuestra fragilidad e interdependencia, y darnos cuenta de que ya estamos viviendo en una nueva época que exige valores como la solidaridad, cooperación y respeto.
Así pues, esta pandemia nos ha recordado la relación simbiótica que existe entre los seres humanos, los animales y el medio ambiente; siendo el parteaguas para la creación de nuevas formas, visiones, necesidades, distintos estudios e intereses específicos que estarán desarrollándose independientemente de que podamos verlo o no.
