-Editorial
En un esfuerzo por tener una mejor comunicación con respecto al tráfico de armas de fuego desde el Valle Imperial hacia México, el Consulado de México en Calexico organizó un foro con autoridades de ambos lados de la frontera para informar al público sobre las acciones tomadas hasta el momento.
Se estima que el 70 por ciento de las armas ilegales entran a México y es importante que las agencias policiales locales, federales y estatales trabajen juntas para minimizar este problema.
“Las armas de fuego ilegales que ingresan a México nos afectan enormemente ya que impactan a las familias y fortalecen el crimen,” dijo el cónsul general de Mexico en Calexico Tarcisio Navarrete.
Según las estadísticas, en 2018, el gobierno mexicano registró más de 30,000 asesinatos intencionales. Veinte mil de esos asesinatos fueron cometidos con armas de fuego.
Según un estudio de la Universidad de San Diego, el veinte por ciento de todos los homicidios en México estaban relacionados con el crimen organizado, aunque el estudio señaló que la estimación era conservadora y la cifra probablemente era mayor.
Los mexicanos tienen derecho a poseer armas de fuego, pero la compra legal en la única tienda de armas mexicana en la Ciudad de México, controlada por el Ejército, es extremadamente difícil. Las armas introducidas de contrabando en México a veces se obtienen en talleres de armas en los Estados Unidos y se transportan a través de la frontera entre Estados Unidos y México.
En otros casos, las armas se obtienen a través de las fronteras de Guatemala o son robadas a la policía o al ejército. En consecuencia, las armas de fuego del mercado negro están ampliamente disponibles. Muchas mujeres sin antecedentes penales adquieren armas de fuego en los Estados Unidos, quienes transfieren sus compras a los traficantes a través de familiares, novios y conocidos que luego las pasan de contrabando a México de a poco.
El gobierno de los Estados Unidos, principalmente a través de ATF, ICE y Aduanas y Protección Fronteriza, está ayudando a México con tecnología, equipos y capacitación. El Proyecto Gunrunner es parte del esfuerzo de la ATF para colaborar con las autoridades mexicanas y su “piedra angular” ha sido la expansión de eTrace, un sistema computarizado para facilitar el rastreo de armas fabricadas o importadas legalmente a los Estados Unidos.