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Por: Dr. Elton Gomez, Experto en Células Madres
La extensión de la vida, y asimismo eliminar las enfermedades relacionadas con el envejecimiento, es la principal prioridad para muchos investigadores alrededor del mundo, una frontera hasta ahora difícil de cruzar por fin se está abriendo para la raza humana.
Mediante los nuevos descubrimientos en genética molecular, potenciación cognitiva, nutrición y terapia celular, la vida y la calidad de vida del ser humano podrían extenderse, indefinidamente.
La terapia génica con genes de telomerasa, ha demostrado extender la vida natural de las células en muchos ensayos con animales y en unas cuantas pruebas en humanos, en la última prueba en humanos, más de 20 años.
Las células troncales (stem cells) han demostrado ser valiosas herramientas para contrarrestar condiciones médicas y enfermedades que vienen con el envejecimiento, como las artropatías, los daños en los tejidos y en los órganos que estos forman, con la nueva tecnología de exosomas derivados de células madre mesenquimales, se abren las posibilidades reales de lo que hasta hace años se consideró parte de la ciencia ficción.
Los exosomas son pequeñas vesículas de escala nanométrica, que van de 5 a 200 nanómetros de diámetro, y contienen diferentes tipo de proteínas e instrucciones para que las células que estén expuestas a ellos, cambien su comportamiento biológico, constituyéndose como verdaderos mensajeros intercelulares.
Estos son producidos por la células, tanto enfermas como sanas, dependiendo del estímulo que se les dé y se ha confirmado la sospecha de que son los responsables de los excelentes resultados en las terapia con células madre.
Las enfermedades degenerativas, como la esclerosis múltiple, las artropatías de rodillas y de otras articulaciones, la diabetes, o el cáncer son algunas de estas, asimismo, las condiciones médicas relacionadas con la edad, como la hipertensión y la diabetes, la osteoporosis, la degeneración macular o la atrofia cortical cerebral y otras condiciones como las secuelas de infartos al miocardio o infartos cerebrales, ya pueden ser tratadas con esta tecnología cuyos efectos terapéuticos y paracrinos ya han sido bien documentados en varias enfermedades.
