Por: Lic. Jaime Israel Dávila Gómez, Abogado.
En los últimos 10 años los emprendimientos con base tecnológica han ido en aumento, sobre todo los relacionados con la prestación de servicios a través de software. Sin embargo, muchos de los proyectos ignoran o pasan a un segundo término un aspecto que es fundamental: el legal.
La mayoría de los emprendimientos, y con mayor razón los que se tratan en este artículo, encuentran en lo jurídico distintas figuras que otorgan protección a la innovación y que tienen como único propósito que lo invertido encuentre una justa recompensa a través del reconocimiento social a través del reconocimiento a un inventor o autor o una recompensa económica por las aportaciones a la industria. Y en este sentido tenemos varias figuras que desde el primer día de cualquier empresa.
En primer lugar, tenemos el secreto industrial que puede llegar a proteger algoritmos, código de programación y demás información que mientras no se concrete o no se pueda proteger por alguna otra figura (patente, marca, derecho de autor, etc.) sólo queda resguardada a través de esta figura.
Además, los contratos representan una de las herramientas esenciales en etapas tempranas pues ofrecen un soporte en el cual pactar confidencialidad con personas involucradas en el proyecto (proveedores, asesores, trabajadores, clientes, etc.) para evitar fuga de información valiosa, así como también una manera de dar seguridad total sobre a quién pertenece la propiedad intelectual tanto utilizada y creada como la futura.
Por último, tenemos figuras concretas para protección de elementos totalmente creados y listos. En el caso de aplicaciones y todo el software terminado, la figura indicada es la de los derechos de autor. En el caso de signos de cualquier que distingan el emprendimiento (palabras, frases, diseños, imagen comercial, sonidos, olores, etc.) tenemos a la marca registrada como principal herramienta protección. Finalmente, para las innovaciones tecnológicas existen figuras como las patentes, modelos de utilidad y otras que dan exclusividad sobre la solución técnica desarrollada.
Es de vital importancia contar con la asesoría adecuada de un abogado experto para asegurar que cada esfuerzo e inversión de recursos materiales, económicos y humanos sean en beneficio del proyecto y emprendimiento.