Por: Leticia Mancera
¿Cómo llega este concepto a nuestro vocabulario cotidiano? Este término proviene de la Física y Arquitectura refiriéndose a la fuerza o tensión que se aplica a un objeto para deformarlo, llegando a su límite de elasticidad antes de romperlo ¡Dramática la definición!
Hans B. Selye (1907-1982), Austriaco-Canadiense, utiliza el término “stress”en Psicología y Biología refiriéndose a una presión que provoca ydemanda la respuesta de un organismo para su supervivencia.
Otras definiciones:
- “Una respuesta del ser humano para afrontar las demandas del medio ambiente”.
- “Alteración física o psíquica de un individuo por exigir a su cuerpo un rendimiento superior a lo normal para él.
- “La incapacidad del ser humano de afrontar las demandas que le exige el medio que le rodea”. Considero ésta la mejor.
Tenemos la facultad de adaptación, debemos cultivar la capacidad para lograrlo, modificando costumbres y elementos que nos rodean. Al igual que una planta, un ser vivo, estamos constituidos para lograr esa adaptación sobrellevando situaciones adversas. La planta sobrevive el desierto con altas temperaturas, crudo invierno y vientos. Se adapta a su hábitat natural. Los humanos contamos con un cerebro, la mente y espíritu para lograrlo. El Yoga une estos tres planos de existencia del ser humano.
La primera etapa del estrés es “ataca” o “huye”. El cuerpo se adapta a la situación que enfrenta liberando las hormonas adrenalina y cortisol, que ayudan a mantenernos estables ante la situación para luego regresar al estado de equilibrio. ¡ESTRÉS BUENO!
La segunda etapa es cuando mantenemos la situación y resistimos. Seguimos combatiendo. Las sustancias químicas-hormonales se van acumulando para mantenernos en guardia – sin descansar, sin relajarnos, con una respiración deficiente o entrecortada. En consecuencia aumenta la tensión mental y muscular tanto de órganos internos como periférico, desde los músculos en los hombros hasta el músculo interno del corazón. La tercera etapa es el tiro de gracia – se le conoce como el agotamiento. Es cuando el estrés se vuelve crónico y lo mantenemos por largos periodos ocasionando envenenamiento.
“Cuando llegamos al límite – al estrés crónico, nuestro estado
emocional – espiritual se ve afectado.” Psic. Fernando Esteve Griego –
Swami Maitreyananda
Practicando Yoga incidimos en nuestro cuerpo físico y emocional. El músculo es la parte física de la emoción. La emoción es instantánea, el sentimiento es lo que queda. La energía que atesora el músculo es espiritual. Definiendo el espíritu como el ánimo de la persona. Nuestros sentimientos se ven afectados por nuestras emociones .Después de un altercado es común decir, “se me retorcieron las tripas”; ante situaciones de pena decir “se me hizo un nudo en la garganta” o “se me apachurró el corazón”. Estas emociones definen el estado de ánimo de la persona.
La tenso-relajación que se experimenta al practicar Yoga –Yogaterapia en combinación con la concentración y respiración adecuada nos regresa al estado de equilibrio. Durante la sesión de Yoga el practicante lleva su concentración a tal punto que sigue las indicaciones del maestro o instructor sin cuestionamientos, dejando a un lado el cerebro (el razonamiento); sólo siguiendo instrucciones (fluye), sin juzgar lo perfecto de la postura de Yoga que logra hacer. La finalidad es el bienestar físico, mental y espiritual-emocional. Mantener posturas durante un tiempo determinado en combinación con respiración adecuada ayuda a sobrellevar el estrés y recuperar el equilibrio corporal, oxigenando e hiperventilando el sistema corporal.
Hay diversos estilos de yoga para diferentes objetivos. Infórmate acerca de los diferentes métodos y estilos de Yoga. Escoge el que mejor se adapte a tus necesidades para que puedas practicarlo y así alcanzar tu relajación y paz interior.
¡Namaste!
GauriMa,
Leticia Mancera Ortega