En un emotivo discurso de despedida transmitido desde la Oficina Oval, el presidente Joe Biden reflexionó sobre su mandato y los desafíos que enfrentará la nación en el futuro. Este discurso, que marca el fin de su presidencia, se dio en el contexto de una noticia significativa sobre diplomacia internacional: un acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes alcanzado entre Israel y Hamas tras meses de negociaciones.
Biden comenzó su mensaje hablando sobre este logro diplomático, destacando los esfuerzos colaborativos de su administración. Señaló que el plan, desarrollado por su equipo, será implementado en gran medida por la próxima administración, subrayando la importancia de la continuidad y la cooperación en el gobierno.
“Este será mi último mensaje para ustedes, el pueblo estadounidense, desde este escritorio como presidente”, declaró.
El presidente evocó el icónico símbolo de la Estatua de la Libertad como representación de los valores y aspiraciones de Estados Unidos. Describió la estatua no solo como un monumento, sino como una manifestación del esfuerzo colectivo y la diversidad que definen al país. “La idea misma de América era tan grande que sentimos que el mundo entero debía verla”, afirmó, resaltando el papel de la nación como un faro de libertad y esperanza.
Biden reconoció las luchas continuas del país y las pruebas frecuentes enfrentadas por sus instituciones. Expresó preocupación por los debates sobre el ejercicio del poder y la importancia de defender los valores democráticos. “Creer en la idea de América significa respetar las instituciones que han gobernado una sociedad libre”, dijo, enfatizando la relevancia de la presidencia, el Congreso, los tribunales y una prensa libre.
El presidente destacó la resiliencia de la democracia estadounidense, reconociendo los esfuerzos para apoyar a los trabajadores esenciales durante la pandemia de COVID-19, crear millones de empleos y modernizar la infraestructura. Señaló que durante su mandato se crearon cerca de 17 millones de nuevos empleos y más personas tienen acceso a la atención médica que nunca antes.
También mencionó éxitos internacionales, como el fortalecimiento de la OTAN y el apoyo a Ucrania en medio de tensiones con Rusia. “Estoy muy orgulloso de todo lo que hemos logrado juntos para el pueblo estadounidense”, expresó, mostrando su esperanza en una transición pacífica del poder a su sucesor.
Sin embargo, el presidente no evitó hablar de los desafíos enfrentados por su administración y los peligros que persisten. Advirtió sobre una “concentración peligrosa de poder” en manos de unos pocos individuos ultrarricos, que, según él, amenazan los principios fundamentales de la democracia. “Hoy, una oligarquía está tomando la democracia”, alertó, trazando paralelismos con luchas históricas contra la desigualdad económica.
Biden llamó a renovar los esfuerzos para garantizar que los ricos jueguen con las mismas reglas que todos los demás, destacando la importancia de los derechos de los trabajadores y una fiscalidad justa. “Tenemos que hacerlo de nuevo”, declaró, refiriéndose a la necesidad de una clase media fuerte y oportunidades económicas equitativas.
El presidente también subrayó la amenaza existencial del cambio climático y la necesidad de actuar. Señaló la ley de su administración sobre clima y energía limpia como un avance significativo, asegurando que Estados Unidos puede liderar al mundo en el enfrentamiento de los desafíos ambientales mientras fomenta el crecimiento económico. “Hemos demostrado que no tenemos que elegir entre proteger el medio ambiente y hacer crecer la economía”, afirmó.
Abordando preocupaciones sobre la tecnología, Biden hizo eco de las advertencias del expresidente Dwight D. Eisenhower sobre los peligros del complejo militar-industrial, advirtiendo sobre el surgimiento de un “complejo industrial tecnológico”. Mostró alarma ante la proliferación de desinformación y la erosión de la prensa libre, abogando por la rendición de cuentas de las plataformas de redes sociales para proteger la democracia.
El discurso de Biden también abordó los rápidos avances en inteligencia artificial, describiéndolos como una oportunidad profunda y un riesgo potencial. Llamó a establecer salvaguardas para garantizar que la IA sirva positivamente a la humanidad, destacando la necesidad de un liderazgo tecnológico estadounidense.
En sus palabras finales, Biden expresó gratitud a su administración, a los miembros de las fuerzas armadas y al pueblo estadounidense por su apoyo durante los últimos años. Instó a los ciudadanos a mantenerse comprometidos con el proceso democrático, enfatizando que todos merecen una oportunidad justa para tener éxito. “Nunca podemos perder esa verdad esencial”, dijo, reforzando la idea de que América se define por sus posibilidades.
El presidente concluyó con un mensaje sincero, alentando a los estadounidenses a ser “los guardianes de la llama” y a seguir luchando por los ideales sobre los cuales se fundó la nación. “Amo a América. Ustedes también la aman”, finalizó.