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El Mundial de Qatar y la geopolítica

Por: Mario Beltrán Mainero, Cónsul para Asuntos Comunitarios y Culturales en el Consulado de México en Caléxico

El 2022 ha sido un año turbulento en el escenario internacional. El ataque de Rusia a Ucrania sorprendió al mundo entero, ya que se pensaba que las grandes invasiones territoriales entre países habían quedado en el pasado. Además, seguimos batallando contra el COVID-19, el precio del petróleo está por los cielos, la inflación es rampante y el cambio climático ha dejado de ser una amenaza para convertirse en una aterradora realidad.

Pero hay una buena noticia para finales de año: tendremos Mundial de fútbol. En diciembre y noviembre se jugará en Qatar el torneo internacional más importante que hay sobre la Tierra, durante el cual selecciones de todos los rincones del mundo buscarán quitarle el trofeo a Francia, campeón en Rusia 2018. El Mundial se juega cada cuatro años en los meses de junio y julio, pero este año se jugará en invierno (del hemisferio boreal) para evitar las altas temperaturas del verano en la Península Arábiga.

No me enfocaré en cuestiones deportivas, sino que me centraré en algunas cuestiones geopolíticas que rodean a este primer Mundial que se lleva a cabo en el Medio Oriente.

Para empezar, desde que la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación) determinó que los mundiales de 2018 y 2022 se jugarían en Rusia y Qatar, se presentaron múltiples denuncias de corrupción al interior del organismo, ante la sospecha de que los gobiernos de esos países sobornaron a funcionarios con la finalidad de ser elegidos anfitriones. Esto detonó investigaciones de distintas autoridades alrededor del mundo, incluyendo el FBI, así como procesos penales y castigos para algunos individuos.

Por otro lado, se ha responsabilizado a Qatar de violar los derechos humanos de los trabajadores migrantes. Según el diario británico The Guardian, más de 6,500 trabajadores de la India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka han muerto en los últimos once años en Qatar, muchos de ellos en labores relacionadas con la organización del torneo. Diversas ONG han llamado a boicotear el certamen por esta razón, sin mucho éxito.

Con respecto a la devastadora invasión de Rusia a Ucrania, la FIFA determinó la suspensión del equipo ruso de todas las competiciones internacionales, incluyendo el Mundial. Rusia no había todavía calificado al torneo, pero quedó fuera del repechaje europeo—iba a jugar un partido eliminatorio contra Polonia—debido a esta situación bélica. Ucrania, por su parte, no estará en el Mundial ya que perdió un muy peleado playoff contra Gales, que no había calificado al torneo en más de seis décadas.

El pasado 1° de abril se llevó a cabo el sorteo que dividió a los equipos calificados en ocho grupos de cuatro equipos cada uno. Los resultados nos han puesto sobre la mesa algunos encuentros que, fuera de la cancha, tienen implicaciones geopolíticas.

Estados Unidos jugará contra Irán en el Grupo B. Para nadie es noticia que entre estos dos países hay una gran rivalidad, sobre todo desde la Revolución Islámica de 1979 en la que los ayatolas tomaron el poder y el episodio paralelo durante el cual 52 diplomáticos y ciudadanos estadounidenses quedaron como rehenes en la Embajada de Estados Unidos en Irán por más de un año. Hoy en día Estados Unidos e Irán negocian, de manera poco fructífera hasta el momento, un tratado que limite la capacidad nuclear del país islámico. Además de estos dos enemigos políticos, el Grupo B estará conformado por Inglaterra (donde se supone que se inventó el fútbol y que alguna vez colonizó territorio estadounidense) y por Gales (que tiene una larga historia de pertenencia/independencia con Inglaterra). Será un grupo geopolíticamente fascinante.

En el Grupo C tenemos a México y Argentina, dos países latinoamericanos con una gran rivalidad futbolística (mayormente favorable para Argentina) pero que hoy en día tienen un gran entendimiento político entre sus gobiernos de izquierda.

El Grupo D podría enfrentar a dos países democráticos de occidente, Francia y Australia. Hace algunos meses estas naciones tuvieron un serio desacuerdo debido a que Australia canceló contratos para compra de submarinos franceses porque los australianos prefirieron adquirir submarinos nucleares de Estados Unidos (en un esfuerzo conjunto para contener a China en el océano Pacífico). Australia todavía tiene que ganarle a los Emiratos Árabes Unidos y a Perú para acceder al Mundial.

Desde un prisma histórico, el Grupo E es interesante porque incluye a Alemania y Japón, antiguos socios en la Segunda Guerra Mundial, además de España, que durante esa guerra tenía claras preferencias en favor de este bloque (llamado “el Eje”) sobre “los Aliados” (Estados Unidos, Francia y Reino Unido). Es importante señalar que hoy en día todos estos países tienen relaciones claramente positivas en un marco de democracia y libre comercio.

Aunque los datos geopolíticos mencionados son intrigantes bajo la óptica de las relaciones internacionales, esperemos que durante el Mundial reine el espíritu deportivo, como siempre ha sido el caso, y que en la cancha podamos apreciar partidos intensos y honorables. Lo que queremos ver en Qatar, independientemente de todo lo que sucede alrededor del mundo, es un ambiente de fiesta y de celebración alrededor de un balón.

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