La American Society of Mexico (AMSOC) organizó un esperado Foro Poselectoral en la Ciudad de México el 27 de noviembre, reuniendo a expertos en economía, política y relaciones internacionales. Con las recientes elecciones presidenciales de Estados Unidos ya concluidas, el evento tuvo como objetivo analizar los posibles impactos del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y cómo podría influir en la relación bilateral entre México y Estados Unidos.
Celebrado en el Hyatt Regency de Polanco, el foro contó con la participación de figuras prominentes como Larry Rubin, presidente de la American Society of Mexico; Daniel Zaga, economista en jefe de Deloitte Spanish Latin America; Estefanía Cruz, investigadora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte; y Juan Pablo de Leo, periodista y socio de Político.mx. Juntos, ofrecieron perspectivas matizadas sobre las dinámicas cambiantes entre las dos naciones vecinas.
Con más de 80 años de historia, AMSOC ha sido un puente vital entre la comunidad estadounidense en México y las empresas locales, organizaciones civiles y comunidades. Su misión siempre ha sido fomentar la prosperidad y el desarrollo a través de alianzas estratégicas.
Durante el foro, Larry Rubin destacó la importancia de aprovechar las “oportunidades estratégicas” bajo el liderazgo de Trump, enfatizando que la colaboración, en lugar del conflicto, generaría los mejores resultados para ambas naciones.
“Existen oportunidades significativas más allá del comercio. Es hora de trabajar de cerca con el gobierno más poderoso del mundo para abordar desafíos compartidos como la seguridad y la migración”, afirmó Rubin.
El regreso de Trump a la Oficina Oval ya ha generado repercusiones en México, con la presidenta Claudia Sheinbaum respondiendo con firmeza a las recientes amenazas arancelarias. Sin embargo, una llamada productiva entre ambos líderes a principios de esta semana pareció aliviar las tensiones.
“La respuesta de Sheinbaum fue encomiable”, señaló Rubin. “Es alentador ver un cambio de la retórica punitiva hacia un enfoque en soluciones conjuntas para la migración y la seguridad”.
Rubin destacó los desafíos entrelazados del tráfico de drogas y la migración. Estados Unidos enfrenta un problema de demanda, mientras que México lidia con la producción y el tránsito. El costo humano es particularmente evidente en la migración, donde las personas a menudo viven en condiciones precarias mientras buscan mejores oportunidades.
“Es necesario que las autoridades mexicanas reconozcan y aborden los problemas de migración del país”, enfatizó Rubin. “Ignorar el problema no lo hará desaparecer”.
Rubin advirtió contra la escalada de tensiones comerciales, señalando que una guerra arancelaria podría ser perjudicial para ambas economías. “Un conflicto de este tipo sería un golpe masivo para México y también perjudicaría a Estados Unidos a través de presiones inflacionarias”, explicó.
En su lugar, Rubin abogó por enfoques colaborativos para los problemas mutuos. “El mensaje para Trump debe ser claro: ‘Queremos unirnos a tu proyecto porque beneficia a todos’. Esta debería ser la perspectiva del gobierno mexicano: construir alianzas, no librar guerras”.
El panel también abordó el Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC), que enfrenta una revisión en 2026. Aunque algunas voces en Canadá y Estados Unidos han expresado preocupaciones sobre su futuro, Rubin se mostró confiado en que el acuerdo se mantendrá vigente, aunque reconoció áreas donde México debe cumplir con sus obligaciones.
El Foro Poselectoral subrayó el momento crítico en el que se encuentra la relación entre Estados Unidos y México. Ambas naciones enfrentan desafíos comunes que exigen soluciones coordinadas. Desde la migración hasta el comercio, el camino a seguir depende de fomentar la confianza y la cooperación.
Al concluir la velada, las palabras de Rubin resonaron entre los asistentes: “En el mundo interconectado de hoy, la aislación no es una opción. Juntos, podemos convertir los desafíos compartidos en oportunidades de crecimiento y estabilidad”.
El foro sirvió como un recordatorio de que, aunque los panoramas políticos pueden cambiar, la importancia del diálogo y la cooperación sigue siendo constante. Mientras México y Estados Unidos navegan por este nuevo capítulo, eventos como este serán cruciales para moldear un futuro próspero y armonioso.