-Editorial
El Centro, CA.- Durante los primeros días del mes de Enero, llegó a esta oficina de redacción una queja ciudadana relacionada con uno de los días más importantes para la vida de cualquier estudiante de preparatoria, residente de California: Grad Night en Disneyland.
La queja denunciaba la inconformidad de un grupo de padres de familia por el manejo de lugares disponibles para el añorado viaje de graduados al lugar más feliz de la tierra.
Una madre de familia denunciaba que la preparatoria de su hijo, Southwest High School, no le había avisado sobre la necesidad de reservar con tiempo o a inicios de año escolar para que su hijo tuviera un lugar al evento de graduación que Disneyland organiza cada año para todos los graduados en el estado de California.
Nos comentó que, a principios de enero al ir a pagar su reservación, la encargada dijo que ya no había lugares y que podría ponerse en una lista de espera, a la que ya estaban escritos 48 alumnos quienes esperan poder tener un lugar para asistir al gran evento de graduación. Al cuestionarla sobre dicha falta de aviso, la encargada de reservaciones del evento comentó que a todos se les había girado una circular para que reservaran a tiempo antes de que los lugares se agotaran, sin embargo, varios padres argumentan no haberse enterado por ningún medio.
Después de ver la enorme lista la madre de familia pregunto si tal cantidad de alumnos en espera no ameritaba la renta de otro autobús para que todos tuvieran la oportunidad de asistir. La encargada dijo que ya no había boletos. Sin embargo, Beyond Borders se dio a la tarea de contactar al parque temático y una persona encargada nos dijo que aún podían adquirirse los boletos por parte de las escuelas participantes.
La preparatoria quedó de contactar a la madre de familia y argumentó que ya no había presupuesto para la renta de otro camión y que los jóvenes en lista de espera en años anteriores habían incumplido con el pago, por lo que no se planeaba hacer ningún otro esfuerzo en esta ocasión para conseguir más lugares o transporte para que los jóvenes pudieran asistir.
Al recibir esta respuesta la madre de familia propuso apadrinar el autobús para los 50 jóvenes, si es que se tenía un problema de presupuesto, pero la persona encargada del viaje insistió en que ya ni había autobuses disponibles para renta.
Y es que no se trata de cualquier día, se trata de un gran evento que ocurre solo una vez en la vida de todo estudiante y que es muy popular, ya que dio inicios en 1960, por lo que, la madre molesta declaró: “Circularon algunos avisos que jamás me hicieron llegar ni por correo ni en persona para haber podido reservar el lugar de mi hijo a esta tan importante celebración de graduados. Siendo su último año de preparatoria, no quisiera que perdiera la oportunidad única de asistir, ya que lo considero importante en su vida. Quedaron de hablarme desde inicios de enero y se acabó el mes y aun no he recibo ninguna llamada”.
Es una verdadera lástima que este número de jóvenes interesados e inscritos en una lista de espera, entusiasmados por recibir apoyo o una llamada de confirmación pierdan la oportunidad de asistir a un evento que no podrán repetir jamás en su tiempo de vida.