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Por: Lic. Jaime Israel Dávila Gómez, Abogado.
El servicio de propiedad intelectual que más contratan las empresas en México es el de registro de marca, con el propósito de obtener la exclusividad de la utilización de un signo (nombres, diseño, olores, sonidos, etc.) en el mercado al que están dirigidos. Sin embargo, y a pesar de ser un servicio muy valioso, otros menos comunes dentro del mundo de los intangibles pueden ser igual de importantes.
La propiedad intelectual y su regulación en nuestro país otorga una estructura jurídica para que las empresas tengan absoluto control de todo el contenido de comunicación visual (que implica derechos de autor en favor de sus autores) con el que hacen promoción y publicidad, e independientemente de que los creadores sean empleados o prestadores de servicios de los negocios. Lamentablemente pocas veces son requeridos servicios como elaboración de contratos y documentos que garanticen la seguridad de explotar logos, imágenes, videos, diseños de papelería institucional, entre otros, sin reclamos de terceros.
Además, las empresas pueden proteger procesos e información sensible y de relevancia económica a través de la figura de secreto industrial, así como también puede obtener patentes sobre los productos creados con dichos procesos e información o protección a través de los derechos de autor de software que desarrollen.
Algunas otras empresas, sobre todo las de reciente creación y que son de base tecnológica, pueden encontrar en la propiedad intelectual el mejor aliado para proteger a través de diversas figuras, contratos y documentos, incluso al mismo tiempo en lo que llamamos protección acumulada, todo lo que involucra su actividad económica, desde las herramientas que usan, hasta los procesos y productos de la misma.
Por último, vale la pena mencionar que contar con asesoría en materia de propiedad intelectual por expertos permite a las empresas detectar oportunidades de protección y explotación económica exclusiva que no son tan obvias ni para el negocio ni para abogados que no conozcan la materia o, en algunos casos excepcionales, llegar a solucionar problemas que tenían años generando pérdidas o resultados negativos para el negocio.