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-Editorial
El Papa Francisco, el 266º pontífice de la Iglesia Católica y el primero originario de América Latina, falleció la mañana de este lunes a los 88 años. Su muerte fue anunciada oficialmente a las 9:45 a.m. hora local por el Cardenal Kevin Farrell, Camarlengo de la Iglesia Romana, desde la capilla de la Casa Santa Marta, residencia del pontífice en la Ciudad del Vaticano.
“Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar la muerte de nuestro Santo Padre Francisco”, declaró el cardenal Farrell. “A las 7:35 de esta mañana, el Obispo de Roma, Francisco, volvió a la casa del Padre.” El cardenal destacó la dedicación del Papa al servicio de la Iglesia y su énfasis en los valores del Evangelio, especialmente su defensa de los pobres y marginados.
Las campanas de las iglesias repicaron en toda Roma tras el anuncio, marcando el final de un pontificado caracterizado por su tono pastoral, su alcance global y sus enseñanzas sociales progresistas, que generaron tanto admiración como controversia.
Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, informó que se están haciendo los preparativos para trasladar el cuerpo del Papa Francisco a la Basílica de San Pedro, donde los fieles podrán rendirle homenaje a partir del miércoles 23 de abril.
La salud del Papa se había deteriorado en los últimos meses. Fue ingresado al Policlínico Gemelli el 14 de febrero, tras sufrir una bronquitis. Su condición empeoró el 18 de febrero, cuando los médicos le diagnosticaron neumonía bilateral. Después de 38 días hospitalizado, regresó a la Casa Santa Marta, donde continuó su recuperación hasta su fallecimiento. Su última aparición pública fue el Domingo de Pascua, el 20 de abril.
Nacido como Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires, Argentina, en 1936, ingresó a la Compañía de Jesús en 1958 y fue ordenado sacerdote en 1969. Fue provincial de los jesuitas en Argentina entre 1973 y 1979, y fue nombrado arzobispo de Buenos Aires en 1998. En 2001, fue creado cardenal por el Papa Juan Pablo II.
Tras la renuncia del Papa Benedicto XVI en 2013, Bergoglio fue elegido Papa el 13 de marzo de ese año, tomando el nombre de Francisco en honor a San Francisco de Asís. Se convirtió en el primer Papa jesuita, el primero del hemisferio sur y el primero no europeo en más de 1,200 años.
Durante sus 12 años de pontificado, Francisco fue reconocido por su humildad y su compromiso con la justicia social. Optó por vivir en la Casa Santa Marta en lugar del Palacio Apostólico y enfatizó constantemente la importancia de la compasión, la misericordia y la inclusión en las enseñanzas de la Iglesia.
Su liderazgo incluyó pasos significativos hacia la reforma del Vaticano y de la Iglesia en general. Nombró a mujeres como miembros plenos de dicasterios vaticanos, impulsó el acercamiento a personas LGBTQ, y abogó por la acción contra el cambio climático, especialmente a través de su encíclica Laudato Si’. Condenó la pena de muerte como “inadmisible” y defendió los derechos de migrantes y refugiados.
Francisco también desempeñó un papel clave en el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, promovió el diálogo con el gobierno chino sobre el nombramiento de obispos, y criticó el populismo de derecha y las políticas antiinmigrantes en todo el mundo. En 2022, pidió perdón por el papel de la Iglesia en el abuso y asimilación forzada de niños indígenas en Canadá.
Sus últimos años estuvieron marcados por el Sínodo sobre la Sinodalidad, una iniciativa clave destinada a promover la escucha, la transparencia y la participación de los fieles, considerado por muchos como el evento más importante de la Iglesia desde el Concilio Vaticano II.
Se espera que en los próximos días se anuncien los detalles del funeral y los preparativos del cónclave que elegirá a su sucesor.