La intensificación de los esfuerzos para combatir a los cárteles de la droga en México ha aumentado. Estados Unidos ha incrementado el uso de aeronaves de vigilancia avanzadas a lo largo de la frontera sur. En las últimas dos semanas, el ejército estadounidense ha llevado a cabo al menos 18 misiones de reconocimiento utilizando aviones espía de alta tecnología, incluyendo el P-8 Poseidón de la Marina y el U-2 de gran altitud, tradicionalmente empleados para monitorear a adversarios globales como China y Rusia.
Este aumento en la vigilancia aérea se alinea con la directriz del presidente Donald Trump de reforzar la seguridad fronteriza y disuadir las operaciones de tráfico de drogas.
El general Gregory Guillot, jefe del Comando Norte de EE.UU., enfatizó la importancia de mejorar las capacidades de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) aéreo para obtener información procesable sobre las actividades de los cárteles. También destacó la necesidad de aumentar la colaboración marítima con la Guardia Costera para abordar la amenaza multifacética que representan estas organizaciones.
El incremento de la vigilancia estadounidense ha generado preocupación en México. La presidenta Claudia Sheinbaum reconoció que, si bien estos vuelos ocurren sobre territorio estadounidense, existe el deseo de una mayor transparencia respecto a sus operaciones. Expresó dudas sobre la posibilidad de una acción militar estadounidense contra los cárteles, citando posibles violaciones a la soberanía mexicana.
Paralelamente, los cárteles de la droga en México han intensificado sus tácticas al autorizar el uso de drones armados contra agentes de la Patrulla Fronteriza de EE.UU. Estos drones “kamikaze”, equipados con explosivos, representan una nueva y peligrosa amenaza para el personal estadounidense en la frontera.
En respuesta a estos acontecimientos, legisladores estadounidenses están promoviendo medidas mejoradas contra los drones. La senadora Joni Ernst enfatizó la necesidad de asegurar el espacio aéreo de EE.UU. para prevenir incursiones no autorizadas de drones por parte de los cárteles y otros adversarios. La legislación propuesta busca otorgar al Pentágono la autoridad para abordar estas amenazas aéreas de manera efectiva.
El tema de vigilancia es mas fuerte en Texas.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, ordenó al Departamento Militar de Texas desplegar la Fuerza Fronteriza Táctica de Texas en el Valle del Río Grande el 27 de enero de 2025. Esta unidad apoyará a los agentes de la Patrulla Fronteriza de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. en los esfuerzos de seguridad como parte de las iniciativas del presidente Donald J. Trump.
La 136ª Ala de Transporte Aéreo, una unidad de la Guardia Nacional Aérea de Texas con base en la Estación Aérea Naval de la Reserva Conjunta en Fort Worth, está respaldando el despliegue de la fuerza fronteriza.
La fuerza fronteriza sumó 400 soldados adicionales provenientes de las áreas de Dallas-Fort Worth y Houston, y movilizó helicópteros CH-47 Chinook y aviones C-130J asignados a la 136ª Ala de Transporte Aéreo.
“Nuestra base facilitó el transporte de 200 efectivos de la Guardia Nacional de Texas utilizando cuatro Chinooks y dos C-130J hacia la frontera sur en cumplimiento de la orden del gobernador Abbott”, declaró el teniente comandante de la Marina William Husky, subdirector de operaciones de NAS JRB Fort Worth.
El despliegue refuerza los esfuerzos en curso para abordar la seguridad fronteriza y colaborar con las autoridades federales en la protección de la integridad territorial de Estados Unidos.