- Estudio revela giro egoísta en la creencia en la justicia divina
Washington — Muchas personas en el mundo creen en el karma, esa idea de que la justicia divina castigará a quienes cometen malas acciones y recompensará a quienes hacen el bien. Pero, según una investigación publicada por la Asociación Estadounidense de Psicología, esa creencia se manifiesta de manera diferente cuando se trata de uno mismo frente a los demás.
Las personas tienden a creer que han recibido cosas buenas en su vida gracias a su mérito kármico, mientras que lo malo que les sucede a otros es visto como un castigo kármico, según el estudio, publicado en la revista Psychology of Religion and Spirituality.
Cindel White, doctora en Psicología de la Universidad de York, y sus colegas quisieron explorar cómo las motivaciones psicológicas de las personas influyen en sus creencias sobre el karma. Los investigadores plantearon que nuestro deseo de vivir en un mundo justo —uno en el que las malas acciones son castigadas— nos lleva a enfocarnos en el castigo kármico al pensar en cómo el karma afecta a los demás. Sin embargo, otra motivación psicológica opuesta —el sesgo de positividad hacia uno mismo, o el deseo de vernos como buenas personas— hace que seamos más propensos a enfocarnos en la evidencia del buen karma en nuestras propias vidas.
Para probarlo, los investigadores realizaron varios experimentos con más de 2,000 participantes en total, en los que se les pidió que recordaran y escribieran sobre eventos kármicos en su vida o en la de otras personas. En el primer estudio, se analizó la información de 478 participantes en Estados Unidos, todos los cuales indicaron que creían en el karma. Los participantes provenían de diversos contextos religiosos: 29% eran cristianos, 30% budistas, 22% hindúes, 4% de otras religiones y 15% no religiosos.
A los participantes se les pidió escribir sobre un evento kármico que les hubiera sucedido a ellos o a otra persona. Codificadores entrenados evaluaron cada respuesta para determinar si se trataba de un evento kármico positivo o negativo y si le había ocurrido al participante o a alguien más. En general, la mayoría (86%) eligió escribir sobre algo que les había pasado a ellos mismos. De ese grupo, el 59% escribió sobre una experiencia positiva atribuida al buen karma. En contraste, del 14% que escribió sobre la experiencia kármica de otra persona, el 92% relató algo negativo.
En un segundo experimento, más de 1,200 participantes fueron asignados aleatoriamente para escribir sobre un evento que les ocurrió a ellos o a otra persona. Este experimento incluyó participantes de Estados Unidos, así como una muestra de budistas en Singapur e hindúes en India. En general, el 69% de quienes escribieron sobre sí mismos relataron una experiencia kármica positiva, mientras que solo el 18% de quienes escribieron sobre otros describieron una experiencia positiva. Un análisis computarizado del lenguaje utilizado también mostró que las narrativas tendían a tener un tono más positivo cuando las personas escribían sobre su propia vida.
Sin embargo, estas diferencias fueron un poco menos marcadas entre los participantes de India y Singapur en comparación con los de Estados Unidos. Esto es coherente con investigaciones anteriores que muestran que el sesgo de positividad hacia uno mismo es menos común en esas culturas que en la estadounidense, según explicó White.
“Observamos patrones muy similares en múltiples contextos culturales, incluyendo muestras occidentales —donde sabemos que las personas tienden a pensar en sí mismas de manera exageradamente positiva— y muestras de países asiáticos, donde es más común una visión autocrítica”, dijo White. “El sesgo positivo en las percepciones kármicas de uno mismo es un poco más débil en las muestras de India y Singapur, pero en todos los países los participantes fueron mucho más propensos a decir que los demás enfrentan castigos kármicos, mientras ellos reciben recompensas kármicas”.
En general, señaló White, la investigación demuestra cómo las personas aplican sus creencias sobrenaturales de manera estratégica para dar sentido a sus experiencias diarias y sentirse mejor con ellas.
“Pensar en el karma permite a las personas atribuirse el mérito personal y sentir orgullo por las cosas buenas que les ocurren, incluso cuando no está del todo claro qué hicieron para merecer ese resultado”, explicó. “Pero también les permite ver el sufrimiento ajeno como una retribución justificada. Esto satisface distintas motivaciones personales: verse a uno mismo como bueno y merecedor de fortuna, y ver justicia en el sufrimiento de los demás. Creencias sobrenaturales como el karma pueden ser especialmente eficaces para satisfacer esas motivaciones cuando las explicaciones seculares no bastan”.
Artículo: “El karma me recompensa y te castiga: Divergencias entre uno mismo y los demás en las creencias sobre el karma”, por Cindel White, PhD; Atlee C. H. Lauder, BA; y Mina Aryaie, MA, Universidad de York. Publicado en la revista Psychology of Religion and Spirituality, el 5 de mayo de 2025.