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-Editorial
Mucha gente había especulado sobre qué tipo de relación tendrían México y Estados Unidos con una nueva administración entrante, tal parece que la relación binacional continuará en buenos términos.
Para esos legisladores y empresarios de ambos lados de la frontera que estaban preocupadas por la relación binacional pueden calmar sus temores, ya que ambos presidentes han comenzado a trabajar en una relación bilateral para los próximos años.
El presidente Joe Biden habló con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador el 22 de enero para revisar la cooperación bilateral en una variedad de asuntos bilaterales y regionales, particularmente la migración regional.
El presidente López Obrador fue uno de los pocos líderes mundiales que no reconoció la victoria de Biden de inmediato. La mayoría especuló que era por la cercanía que tenía López Obrador con Trump que la relación no sería buena.
El presidente Biden describió su plan para reducir la migración abordando sus causas fundamentales, aumentando la capacidad de reasentamiento y las vías migratorias alternativas legales, mejorando el procesamiento en la frontera para adjudicar solicitudes de asilo y revirtiendo las draconianas políticas de inmigración de la administración anterior.
El presidente Biden firmó una proclamación que decía que no se destinaría más dinero de los contribuyentes a financiar el muro fronterizo de Trump.
“Como toda nación, Estados Unidos tiene el derecho y el deber de asegurar sus fronteras y proteger a su gente contra amenazas. Pero construir un muro masivo que se extienda por toda la frontera sur no es una solución política seria. Es una pérdida de dinero que desvía la atención de las amenazas genuinas a nuestra seguridad nacional. Mi Administración está comprometida a garantizar que Estados Unidos tenga un sistema de inmigración integral y humano que opere de manera consistente con los valores de nuestra nación,” dijo Biden. “Será política de mi Administración que no se desvíen más dólares de los contribuyentes estadounidenses para construir un muro fronterizo. También estoy dirigiendo una revisión cuidadosa de todos los recursos asignados o redirigidos para construir un muro fronterizo sur.”
Biden también habló sobre las próximas revisiones a las políticas y prioridades de inmigración civil.
“La política de mi Administración es proteger la seguridad nacional y fronteriza, abordar los desafíos humanitarios en la frontera sur y garantizar la salud y la seguridad públicas. También debemos adherirnos al debido proceso legal al salvaguardar la dignidad y el bienestar de todas las familias y comunidades. Mi Administración restablecerá las políticas y prácticas para hacer cumplir las leyes de inmigración civil para alinear el cumplimiento con estos valores y prioridades,” declaró Biden.
Biden también compartió su plan de ciudadanía para inmigrantes ilegales. Es un plan que le otorgará estatus de protegido y un camino de cinco años para obtener una tarjeta verde. Si cumplen con ciertas condiciones, como el pago de impuestos y una verificación de antecedentes, podrían ingresar en un camino de tres años hacia la ciudadanía. Algunas estimaciones sitúan la población de inmigrantes ilegales en alrededor de 12 millones en 2015, otras estimaciones son más altas.
Los dos líderes acordaron trabajar en estrecha colaboración para detener el flujo de migración irregular hacia México y Estados Unidos, así como para promover el desarrollo en el Triángulo Norte de Centroamérica. También reconocieron la importancia de la coordinación para combatir la pandemia de COVID-19.
