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Por: Dr. Elton Gómez, Experto en Células Madre
Al observar, que numerosas mujeres que presentaban enfermedades crónicas se sentían mejor durante los últimos meses de embarazo y que ese estado de bienestar se mantenía por varios meses después del parto, y hasta se repetía en posteriores embarazos. Se sospechó que la placenta poseía una gran capacidad regenerativa para todo el organismo, y se comenzaron a realizar implantes de placenta en el tejido subcutáneo del abdomen, así mismo se observó que trabajando con la placenta en un ambiente de bajas temperaturas, los implantes de placenta tenían mucho mejor efecto.
Se llegó al descubrimiento y se llamó a las proteínas que contenía la placenta, Factores biogenos, los cuales con más investigación se llegó a la conclusión de que se trataba de interleucinas, hormonas y factores de crecimiento.
Actualmente se sabe que las proteínas de la placenta contienen más de 12 sustancias, como la hormona de crecimiento, interleucinas antinflamatorias, factores de crecimiento hepatocitos, ACTH, factor de crecimiento insulino, factor de crecimiento endotelial, endorfinas, e interferones de los 3 tipos.
Cada uno de estos compuestos se encuentra concentrado en el implante, es más viscoso y más denso, por la extraordinaria concentración de estas sustancias.
Al implantar las proteínas placentarias en el tejido celular subcutáneo comienza la liberación de estas sustancias, aproximadamente durante 8 a 13 meses, estos compuestos, a nivel hipofisario, regulan y estimulan el metabolismo entre los sistemas nervioso y endocrino, con esto se pueden tratar muchas condiciones médicas, pero particularmente se pueden tratar la diabetes con resultados excelentes, también la hipertensión arterial sistémica, y otras enfermedades del sistema endocrino (hormonal).
Así el implante de placenta, colocado en el tejido celular subcutáneo, estimula el metabolismo para llegar a un equilibrio entre los sistemas nervioso y endocrino, como resultado el envejecimiento se vuelve más lento.
